El que tenga ojos que vea, un lema de las mujeres dispuestas a defender la paz. Autor: Aporrea Publicado: 12/02/2019 | 11:47 pm
Washington, febrero 12.— Rusia rechazó un proyecto de resolución llevado por Estados Unidos al Consejo de Seguridad de la ONU para imponer la celebración de nuevas elecciones en Venezuela mediante la presión internacional, y la entrada a la nación andina de una presunta ayuda que no esconde su carácter subversivo y se propone, además, acuñar para Venezuela del peligroso término «crisis humanitaria».
El ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, aseguró que el Consejo de Seguridad no aprobará dicha resolución ya que esta está dirigida a cubrir los planes de intervención militar de EE. UU. en este país, reportaron Telesur y Russia Today, entre otros medios.
Según el titular ruso, el texto busca encubrir, con la entrega de ayuda humanitaria, las provocaciones que se están planificando, como medio para desestabilizar la situación en Venezuela, e incluso obtener un pretexto para una intervención militar directa.
Sin embargo, Lavrov aseguró en conferencia de prensa que esa instancia de la ONU nunca tomará una decisión de este tipo, en una evocación del derecho al veto que tiene su país así como el propio EE. UU., en su calidad de miembros permanentes del Consejo.
Según el Canciller ruso, los representantes estadounidenses han perdido toda la vergüenza dictando a la oposición venezolana qué hacer.
La víspera, el director del Departamento Latinoamericano del Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia, Alexánder Schetinin, afirmó que Moscú tiene la intención de presentar ante el Consejo de Seguridad de la ONU su propio proyecto de resolución en torno a la situación venezolana y, según ha trascendido, en él se aboga por una solución dialogada, como antes lo hizo el llamado Mecanismo de Montevideo.
También trascendió que Lavrov pretendía hablar de este asunto con autoridades de la administración Trump y con la alta comisionada de la Unión Europea, Federica Mogherini.
Otros despachos dan cuenta de declaraciones del autoproclamado Juan Guaidó de que ya se distribuyó la primera parte de esa ayuda, que representa apenas 20 millones de dólares y, según fotos publicadas en Twitter, consiste en frascos de suplemento alimentario en cápsulas.
El hecho de que EE. UU. quiera seguir forzando la situación venezolana desde afuera evidencia la imposibilidad de Washington de conseguir un «cambio de Gobierno» mediante la autoproclamación y su apoyo a Guaidó, pues la Fuerza Armada y la mayoría del pueblo se mantienen firmes junto a la constitucionalidad, representada por Nicolás Maduro, así como funcionan con normalidad las instituciones.
Sin embargo, la opción militar de Estados Unidos sigue siendo una carta sobre la mesa que rechazó el Gobierno ruso mediante un comunicado de su Cancillería, y podría instrumentarse ahora mediante el manejo sucio de la denominada crisis humanitaria y la hipócrita ayuda.
Durante una intervención en la ONU, el canciller venezolano, Jorge Arreaza, denunció que en su país «no hay una crisis humanitaria, hay una economía bloqueada y asediada. (...) Ya basta de tanta mentira».
Arreaza había sostenido antes un encuentro con los 120 miembros del Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), y acusó a EE. UU. de liderar el golpismo de manera directa y abierta.