Las acciones de la Marina estadounidense, coinciden con las negociaciones entre ambos países que buscan hallar una solución al estancamiento económico. Autor: AFP Publicado: 11/02/2019 | 11:48 am
La portavoz oficial del Ministerio de Exteriores chino, Hua Chunying, ha expresado la «insatisfacción» de su Gobierno luego de que dos barcos de guerra estadounidenses fueran detectados navegando muy cerca de las disputadas islas Nansha Qundao -denominación en chino de las islas Spartly-, en el mar de la China Meridional, objetivo de actividad militar china y reclamadas también por varios Estados de la región, incluido Japón.
Según la vocera, estas acciones violan la soberanía de China y debilitan la paz, la seguridad y el orden. Hua Chunying subrayó además que Pekín tiene una «soberanía indiscutible» sobre ese territorio y las aguas circundantes, reportó RT.
Asegurar la libertad de navegación
Joe Keiley, portavoz de la Séptima Flota de EE.UU. con base en Japón, señaló que la misión tenía como objetivo «desafiar las reclamaciones marítimas excesivas y preservar el acceso a las vías fluviales, según lo regula el derecho internacional».
Al respecto, la portavoz de la Cancillería china ha hecho hincapié en que su nación siempre ha respetado el principio de libertad de navegación, pero a pesar de esto, Pekín se opone a los intentos de cualquier Estado de «dañar la soberanía y la seguridad de otros países», «Lo hemos hecho en el pasado y lo seguiremos haciendo», recalcó.
«Llevamos a cabo operaciones rutinarias y regulares de libertad de navegación, como lo hemos hecho en el pasado y lo seguiremos haciendo en el futuro», aseveró Keily, dejando claro que las maniobras carecen de cualquier cariz político y no están encaminadas a ninguna nación.
Mientras, el portavoz estadounidense señaló que las fuerzas estadounidenses operan en la región del Indo-Pacífico « a diario», y que Washington «volará, navegará y operará donde el derecho internacional lo permita».
El pasado 7 de enero, otro buque de guerra de la Marina de Estados Unidos navegó junto a las disputadas islas Paracelso. Según precisó la portavoz de la Flota del Pacífico estadounidense, Rachel McMarr, la operación tuvo por objetivo garantizar «la libertad de navegación» y precisó que no iba dirigida contra un país especifico ni constituye un gesto de carácter político.