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«No puede haber trabajo en casa si afuera hay guerra»

La activista y excandidata presidencial Gloria La Riva, estima que en Estados Unidos hay que unir las fuerzas contra la agenda de Donald Trump

Autor:

Marina Menéndez Quintero

La conocí aquí en la década de los años 90. Traía a un grupo de adolescentes estadounidenses para mostrarles Cuba «en vivo» en medio del período especial, y se conducía con la naturalidad de quien ya ha pisado el terreno…

No era aquel, en efecto, su primer viaje a la Isla. Gloria La Riva había estado viniendo desde 1985, siempre con el mismo propósito: que el pueblo estadounidense conozca esta Cuba tan distinta a la que muestran —o la que ignoran— los medios de su país.

Desde entonces a la fecha suma 74 estancias entre nosotros, «nunca de vacaciones, aclara, siempre por la solidaridad, y trayendo a nuevos compañeros».

Muestra el mismo dinamismo y la misma juventud de la primera vez, aunque hayan transcurrido ya más de 30 años; solo ha cambiado en que ya no usa el cabello largo de otros tiempos, y a veces prescinde de sus antes inseparables espejuelos.

Los cubanos podemos decir que ella es, sencillamente, una gran amiga. Su trabajo por la liberación de los Cinco fue inmenso. Para entonces ya había hecho muchas cosas por Cuba: se estrenó aquí con la brigada Venceremos; luego vino con las primeras cuatro Caravanas de Pastores por la Paz, en las que fungió como una de las coordinadoras en la zona occidental de EE. UU., y que le dejaron un profundo respeto por la obra de Lucius Walker —fundador de Pastores…—, ahora retomada por su hija Gail.

En su perfecto español, locuaz y entusiasta como siempre, asegura que hay «muchos grupos que estamos continuando ese trabajo tan necesario para que la gente en EE. UU. palpe “en carne propia” la Isla, y realizar intercambios que nos ayuden en la lucha contra el bloqueo».

Ahora ha venido como parte de un grupo organizado por Answer, siglas que identifican a una coalición internacionalmente conocida por sus posiciones contestatarias, desde mucho antes de la era Trump. Su nombre completo explica de qué se trata: «Actúe ahora para detener la guerra y poner fin al racismo». La organización nació apenas tres días después del 11 de septiembre de 2001 y aquel anuncio de guerra contra los más de 60 «oscuros rincones del mundo» que proclamó George W. Bush.

Como siempre estuvo consciente de que con las medidas implementadas por Barack Obama el cerco permanecía incólume, la llegada de Donald Trump no ha cambiado las prioridades de Gloria La Riva con respecto a Cuba.

«La gente pensaba, después del 17 de diciembre de 2014, que “ya se acabó”, y que la situación no era tan mala. Pero el bloqueo todavía siguió existiendo en toda su plenitud. Por tanto, hay que seguirlo desafiando».

Aprovechar todos los frentes

Por supuesto, Gloria La Riva no centra su labor solo en la solidaridad. También se toma muy en serio la necesidad de cambiar por dentro a EE. UU.

Por tercera ocasión se postuló a la presidencia en noviembre pasado, respaldada por el Partido por el Socialismo y Liberación: esta vez lo hizo con Dennis Banks (fundador del movimiento por los derechos indígenas) como compañero de fórmula.

La experiencia fue muy rica, aunque aparecieron en las boletas solo en ocho estados —los retiraron de la nómina en Florida junto a otros partidos alternativos—, y por primera vez figuraron en las de California, estado que ella considera muy importante por su magnitud, y porque allí es muy difícil postularse. Lo lograron bajo la égida de Paz y libertad, un partido muy conocido en ese territorio, y el único de su tipo con estatus permanente allí.

Aunque no aparecieron en las boletas, hubo un total de 35 aspirantes a candidatos presidenciales. De ese total, ella quedó séptima. Considera que no fue un mal average.

Claro que Gloria conoce las limitantes de la democracia de su país para acceder a la primera magistratura. Pero considera que la campaña electoral es una plataforma para el trabajo político a la que hay que acudir, sin dejar la lucha popular. «Este año fue muy interesante», cuenta.

La figura de Bernie Sanders como aspirante a la candidatura del Partido Demócrata —incluso siendo él un socialdemócrata, y no un socialista—, puso el tema del socialismo sobre el tapete y acercó el discurso de Gloria y Banks a la población.

«Su visión es diferente pero Sanders hablaba de socialismo: lo mencionó.

«Nosotros nos referíamos a cómo hacerlo: a acabar con el presupuesto del Pentágono, del peligro y la sinrazón de las armas nucleares. Y esas ideas llegaron a muchas personas. Recibimos más votos que cualquier otro candidato socialista en 40 años.

«Sin embargo, eso no fue lo mejor, sino las muchas personas que se han unido a nuestra lucha después de escucharnos».

Unir fuerzas

Congreso Popular de Resistencia. Así han denominado importantes activistas como Gloria La Riva a ese arco de representantes sociales que, dice, «será la voz de la gente», y que se reunirá en Washington los días 16 y 17 de septiembre para trazar una plataforma y un plan de acción, y dibujar su visión de lo que debe ser el país.

Surge, dice la convocatoria, como respuesta a los ataques de la administración Trump contra la clase trabajadora, las comunidades pobres, el medio ambiente…

«El Congreso corrupto de EE. UU. representa los intereses de los más ricos (…) No es, no puede ser la voz de la gente (…) El Congreso Popular de Resistencia será la voz de la gente: una expresión de democracia directa por parte de aquellos que han sido excluidos del Congreso de plutócratas».

Gloria estima que hay un mensaje que sus compatriotas deben tener muy presente: «los beneficios de que todavía gozamos como el seguro social, los sindicatos, el fin de la segregación racial… los conseguimos por medio de la lucha, ningún político nos los dio.

Por eso está convencida de que hay que juntar fuerzas frente a lo que ella y muchos en su país consideran el mandato de un hombre «racista y reaccionario» del que nadie sabe qué esperar, y de un Congreso que también, dice, «está conspirando contra nosotros». Menciona entonces el proyecto presentado por el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, para aprobar la versión de la ley de salud de ese partido, que derogaría el Obamacare y ha sido derrotada por ahora.

«Lo que ha detenido la mano de esa derecha, dice Gloria en relación con la propuesta, han sido las protestas del pueblo. Hasta últimas horas de la noche del 27 de julio, algo muy inusual, mucha gente estuvo frente al Congreso coreando consignas porque el Senado estaba debatiendo esa propuesta.

«Estamos viviendo momentos de resistencia de las mujeres, de la comunidad LGBTI, del movimiento antibélico, de la gente pobre, los que reciben ayuda social y están en gran peligro de perderla. Estamos viviendo momentos muy críticos…

«Ha habido marchas, protestas. Ahora lo necesario es unir las fuerzas para tener más pujanza en contra de Donald Trump, y en contra de los republicanos y los demócratas. «(Los demócratas) solamente están hablando de Rusia; la única cosa que están haciendo es tratar de “tumbar” a Trump mediante acusaciones que nosotros consideramos una manipulación contra ese país. Pero también debemos reconocer que esa demonización de Rusia tiene propósitos más peligrosos. El ejército estadounidense y la OTAN están acercándose más y más contra Rusia.

«También hay en EE. UU. una demonización muy fuerte de Corea del Norte, y un gran peligro de guerra que puede tener la agravante de ser nuclear y no por Pyongyang sino por Washington, que está tratando de buscar un pretexto contra Corea muy, muy peligroso».

Por eso Gloria La Riva alerta que los movimientos sociales y populares de EE. UU. no pueden tener solo en su agenda los asuntos de casa, sino también la política exterior de su Gobierno.

A esa conclusión se llega también «si vemos la política de Washington contra Palestina y la entrega de miles de millones de dólares, durante décadas, a Israel; su estrategia para la destrucción de Libia; la pretensión de destruir a Siria, que ha causado tantos muertos, y la creciente ocupación de Irak con el envío allí de más tropas». A ello suma «las amenazas contra Irán, contra Corea, Venezuela —¡esa ofensiva tan fuerte contra Venezuela!—, la ofensiva contra Cuba y contra toda Latinoamérica…

«Eso deja claro que la lucha “doméstica?” y hacia el exterior resulta más importante que nunca. No puede haber trabajo en casa si afuera hay guerra».

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