MONTEVIDEO, agosto 18.— Parlamentarios de fuerzas progresistas del Mercado Común del Sur (Mercosur) denunciaron un intento de restauración conservadora y resurgimiento del neoliberalismo para América Latina y el Caribe.
Asimismo, reafirmaron su apoyo a los Gobiernos democráticamente electos de Argentina, Brasil, Ecuador y Venezuela, que están impulsando procesos de transformaciones, y hoy enfrentan a movimientos desestabilizadores que intentan revertirlos, reportó PL.
Sectores conservadores, aliados con grandes oligopolios de comunicación y sectores de derecha, están desplegando intentos de desestabilización, deslegitimación y cuestionamiento de la voluntad soberana, señalaron.
Tras participar en una sesión del Parlamento del Mercosur (Parlasur), legisladores de Argentina, Bolivia, Brasil, Paraguay, Uruguay y Venezuela emitieron una declaración de la Bancada Progresista.
El texto agrega que la respuesta a esas acciones debe ser la articulación de las organizaciones políticas de izquierda, populares y progresistas con estrategias comunes.
Nuestra región, subraya, es una zona de paz, con plena vigencia de la institucionalidad democrática y el respeto de los derechos humanos.
Más adelante, en un comunicado, las fuerzas políticas de la subregión reiteraron su solidaridad con Venezuela, frente a prácticas injerencistas y desestabilizadoras, con clara intervención de Estados Unidos.
En ese sentido, manifestaron su preocupación por la presencia de la transnacional petrolera Exxon Mobil en un territorio bajo litigio entre Venezuela y Guyana, que constituye, dijeron, un riesgo para la paz regional y obstaculiza el diálogo.
Además, la Bancada Progresista del Parlasur denunció un «golpe a la paraguaya» en Brasil, similar al que destituyó al presidente Fernando Lugo.
En otro punto, alertaron sobre la persecución de los movimientos sociales y la violación de los derechos humanos en Paraguay.
Asimismo, reiteraron su respaldo a la unidad del Mercosur y el Parlasur, señalaron la importancia del ALBA, Petrocaribe, Unasur y la Celac, y cuestionaron el Tratado Internacional de Comercio de Servicios.