El delegado guerrillero Iván Márquez. Autor: Ismael Francisco Publicado: 21/09/2017 | 05:38 pm
Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia-Ejército del Pueblo (FARC-EP) y el Gobierno de Colombia cerraron este miércoles su decimotercer ciclo de diálogos algo descentrados del segundo punto de discusión: participación política, luego de que el polémico tema de los mecanismos de refrendación para un eventual acuerdo de paz se impusiera en la mesa.
Al hacer un resumen de las últimas jornadas, ambas partes admitieron que, luego de más de tres meses de discusiones en torno al tema dos, habían «continuado avanzando» en la construcción de acuerdos y específicamente en el tópico sobre «Derechos y garantías para el ejercicio de la oposición política en general, y en particular para los nuevos movimientos que surjan luego de la firma del Acuerdo Final. Acceso a los medios de comunicación», tal como anunciaron al finalizar el ciclo anterior.
A través de su alocución a los medios de prensa, el representante gubernamental Humberto de la Calle admitió como temas interesantes tratados durante estas deliberaciones el reconocimiento hecho por las FARC-EP sobre su parte de responsabilidad en el tema de las víctimas, asunto que —afirmó— es un tópico central y prioritario de estas conversaciones que se abordarán en el quinto punto de la agenda.
Hace algunos días las FARC-EP admitieron ser conscientes de que hasta a la fecha no hay vencedores ni vencidos y que la lucha continúa. «Sin duda ha habido crudeza y dolor provocados desde nuestras filas», afirmaron.
Jornadas antes, el presidente Juan Manuel Santos también reconoció, por primera vez, la responsabilidad del Estado colombiano «por omisión o por acción directa», en «graves violaciones» a los derechos humanos en esa nación.
Más adelante De la Calle añadió que, en la mesa, las delegaciones presentaron sus respectivas visiones sobre la implementación, verificación y refrendación de los acuerdos, cuestión que matizó este ciclo de diálogo con algunas pausas decretadas por la guerrilla.
Las deliberaciones se mostraron tensas luego de que el presidente colombiano Juan Manuel Santos presentara al Congreso un proyecto de ley para someter a referendo un eventual acuerdo de paz.
La guerrilla, que respondió a Santos con una breve pausa en los diálogos para estudiar la propuesta, insistió nuevamente en los impedimentos técnicos y los límites de esa opción, y volvió a abogar por la fórmula de una Asamblea Nacional Constituyente para la refrendación.
Existe un evidente desencuentro entre Gobierno y FARC-EP cuando se aborda este tema, reconoció el jefe insurgente Iván Márquez, y añadió que un referendo no alcanza para responder a las complejidades que demandan los caminos hacia una verdadera solución política a un conflicto que ya cumple medio siglo.
Una Constituyente rodeará de legitimidad y de seguridad jurídica el acuerdo que se pacte en La Habana y será el escudo más poderoso contra las pretensiones injerencistas internacionales que se oponen a la paz, defendió el guerrillero.
Márquez reconoció que en este ciclo se trabajó muy poco en torno al tema de la participación política y se dedicaron los esfuerzos a discutir sobre estas temáticas e invitó a su par gubernamental a acelerar el proceso en el segundo punto de la agenda y dejar el tópico de la refrendación para su momento.
Por otra parte, en su alocución De la Calle se refirió al próximo foro de participación ciudadana para la solución al problema de las drogas ilícitas, que se realizará en Colombia, y para su organización ambos equipos se reunieron con representantes de la ONU y del Centro de Pensamiento para la Paz de la Universidad Nacional.
«Queremos una Colombia sin coca. Sería un paso gigantesco para el país y para el mundo. Y lograr que las FARC-EP colaboren en este propósito sería un elemento muy importante de estas conversaciones en La Habana», destacó De la Calle.
Al respecto, en respuestas a la prensa, Márquez recordó que este será un tema a tratar más adelante en la mesa, donde se tocarán los muchos niveles de una problemática que se ha convertido en un flagelo mundial.
La guerrilla ha propuesto en varias ocasiones al Gobierno la sustitución de cultivos ilícitos por otros, igualmente rentables, que conlleven al mejoramiento de la alimentación, acompañados de planes de desarrollo y de la presencia del Estado en los territorios donde se da el fenómeno de la narcoproducción.
Al término de este ciclo de conversaciones, que se retomarán el próximo 9 de septiembre, las FARC-EP propuso nuevamente una tregua bilateral al fuego, vigilada por organismos internacionales latinoamericanos. Esta iniciativa ha sido reiteradamente rechazada por el Gobierno de Colombia a lo largo de estos nueve meses de pláticas.