En la ciudad argentina de Rosario, un joven de 26 años intentó robar en una tienda, pero no tuvo tiempo, porque se activó la alarma y la policía llegó sin que el asaltante pudiera escapar. No obstante, los gendarmes pasaron trabajo para encontrarlo, aunque el local era pequeño. Luego de buscar en cada rincón, uno de los agentes se percató de que uno de los maniquíes era, en realidad, un ser humano.