Las acusaciones de Estados Unidos contra Venezuela buscan descalificar al proceso revolucionario liderado por el presidente Hugo Chávez, porque se convirtió en un nuevo referente para América Latina, afirmó la diputada del Parlamento Latinoamericano, Marelis Pérez, reporta PL.
En entrevista con Prensa Latina, la legisladora hizo referencia a las constantes campañas de Washington en relación con la lucha antidrogas de Caracas, a la cual incluye cada año en su listado de naciones que incumplen con los compromisos internacionales para frenar esa actividad.
«Indicadores de Naciones Unidas exaltan la reducción significativa del narcotráfico desde Venezuela, sus controles para combatir ese flagelo y minimizar toda la criminalidad asociada al uso del país como puente para trasladar esas sustancias hacia Estados Unidos y Europa,» dijo.
Esa entidad declaró por sexto año consecutivo a Caracas como un territorio libre de cultivos ilícitos para la elaboración de drogas, reflejó la disminución de los decomisos de psicotrópicos procedentes de este país y lo ubicó en el quinto lugar mundial en intercepciones de cocaína.
Sin embargo -contrastó la diputada- la Casa Blanca se empeña en desconocer esos esfuerzos con un discurso totalmente hipócrita y de doble moral con respecto a la política sostenida de este país suramericano contra el trasiego de estupefacientes.
En ese sentido, enfatizó que Estados Unidos registra 56 millones de drogadictos, la mayor cifra en el orbe, cada vez más laboratorios legalizados de anfetaminas y metanfetaminas, así como grandes cultivos de marihuana en parques nacionales.
«Lejos de hacer una política contundente para reducir esas actividades, varios estados aprobaron leyes para oficializar el consumo de narcóticos y está comprobada la existencia de centros que agregan químicos a esa planta, lo cual eleva los daños a la salud de su población,» aseveró. Esas instalaciones procesan variedades transgénicas de la marihuana para incrementar la concentración de tetrahidrocannabinol, sustancia que cuadruplica los efectos psicoactivos y, en consecuencia, afecta más al sistema nervioso central.
«En esa dirección podemos decir que Estados Unidos es un estado narco complaciente puesto que no hay contundencia, firmeza y transparencia contra el narcotráfico, ni siquiera tiene de sistemas de prevención hacia su pueblo», sentenció.
Cuestionada sobre los proyectos de Washington en la región en materia de drogas, Pérez citó de ejemplo al Plan Colombia, al cual supuestamente destinaron millones de dólares desde 1999 para erradicar los cultivos de la hoja de coca, pero al contrario se incrementaron los sembradíos.
«Todos los gobiernos de América Latina concuerdan que la gran producción de cocaína esta en esa nación y que todos sus países vecinos son víctimas del narcotráfico», aseveró.
En cuanto el papel de la Agencia Antidrogas estadounidense (DEA) en Venezuela, la parlamentaria destacó que más de 60 capos solicitados por Interpol fueron capturados desde 2005, cuando el presidente Chávez rompió los vínculos con esa entidad, acusada aquí de espionaje.
«Debemos siempre ver a Estados Unidos con una gran desconfianza. Es necesario desenmascarar la élite gobernante que está asociada con la criminalidad en función de sus intereses como imperio», concluyó.