Felipe Calderón, presidente de México. Autor: Reuters Publicado: 21/09/2017 | 05:02 pm
El presidente de México, Felipe Calderón, defendió este jueves su política militar contra el crimen organizado en ese país y aseguró que no siente culpa de haberla aplicado, sino de «no haberlo hecho antes» y con mayor «fuerza» para «detener» la cantidad de muertes que se ha incrementado en los últimos cuatro años, según Telesur.
Durante el debate con el periodista y poeta Javier Sicilia, que representa al Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad en México, Calderón sostuvo que él «también siente dolor» por las más de 40 mil muertes que han ocurrido en el país durante su Gobierno, pero aseguró que estás «no se deben» a su estrategia militar.
En su discurso, el mandatario aseveró que el despliegue de soldados y marinos en las ciudades que actualmente son las más violentas del país «no es una causa sino una consecuencia» y aseguró que éstos «en lugar de reprimir a la población», lo que hacen es «defenderla».
«Pido perdón por los que murieron (más de 40 mil personas) pero no me arrepiento de haber enviado a fuerzas federales a combatir a los delincuentes. Me arrepiento en tal caso de no enviarlos antes y con más fuerza (…) Omitir la responsabilidad inicial de los criminales me parece un nefasto error, pues estos inocentes no perdieron la vida en manos del estado, sino de delincuentes comunes», exclamó.
El gobernante argumentó su posición insistiendo en que es el crimen organizado el que creció de manera veloz en ese país y a su vez, explicó que la violencia se elevó debido a que en la nación «se pasó del narcotráfico tradicional al narco-menudeo».
«El narcotráfico tradicional solo lleva y trae la droga, y su prioridad es controlar rutas; en cambio en el narco-menudeo, son territorios completos los que se disputan , y por ende, la disputa es cuerpo a cuerpo, para controlar ciudadanos e incluso comunidades enteras», precisó.
El mandatario afirmó que el «nuevo narcotraficante» o el «narcotraficante actual», ahora no sólo quiere controlar el camino, sino que quiere ser el «manda más» y por eso «no sólo mata sino que decapita, quiere causar sensacionalismo en medios y también quiere que le tengan miedo».
Con estas afirmaciones, Calderón aseveró que es «a este tipo de personas a las que el Gobierno mexicano se enfrenta» y recalcó que ante esta realidad, «no se siente culpable» de haber implementado una estrategia que «defiende» a los inocentes.
El gobernante también dijo que estaba consciente de su responsabilidad por el aumento de muertes, y adjudicó la violencia a ineficiencia de cuerpos de seguridad locales que «se han visto más débiles que los delincuentes».
«Yo prefiero asumir la crítica, así sea injusta, de haber actuado, a no haber hecho nada por conveniencia (…) ¿que fue fue repentino el crecimiento de estas bandas? claro que no, fueron acumulando un poder durante décadas (…) la corrupción, el miedo, la costumbre de verlos allí siempre, nos acostumbró a tenerlos e incluso cuerpos locales se pusieron a su servicio», expresó.
Indicó que desde 2006, cuando asumió el poder, siempre ha estado dispuesto a revisar esa estrategia, a corregir errores y escuchar alternativas, pero “también estaré dispuesto a defender a las víctimas, a los campesinos, madres que no encuentran a sus hijos”.
«Siempre estaré dispuestos a defenderlos con todo, y cuando digo con todo, me refiero a todas las fuerzas del Estado», concluyó.
Desde que se aplicó esta estrategia defendida por Calderón, basada en el despliegue de miles de efectivos militares que declaraban la guerra al crimen organizado, en México aumentaron los homicidios por violencia.
Según cifras extraoficiales, en los últimos cuatro años han ocurrido más de 40 asesinatos violentos en el país; no obstante, el mandatario ha reiterado en diversas ocasiones que el plan militar ha servido para «frenar» la violencia.