WASHINGTON, marzo 7.—El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, recalcó este lunes que ese Gobierno y sus aliados siguen considerando una respuesta militar a la crisis política en Libia, lo que coincidió con reportes de que la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) se alista para intervención bélica en la nación africana.
No se ha descartado ninguna opción, señaló Jay Carney, portavoz presidencial; entre ellas la utilización de tropas de infantería de EE.UU., precisó PL.
Otra de las variantes que maneja Washington para injerir en Libia es entregar armas a los opositores a Muammar al-Gaddafi, según Carney, quien agregó que están en contacto con los grupos opositores para debatir lo que ellos «pretenden y necesitan».
Por otra parte, Telesur informó que los países de la OTAN solicitaron al Comité Militar aliado preparar una planificación bélica «necesaria» y «prudente» contra Libia en caso de recibir «una petición» por parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU).
La OTAN amplió este lunes a las 24 horas del día el sistema de vigilancia y control con aviones AWACS, capaz de monitorear las actividades aéreas y movimientos en la superficie del territorio libio, lo que para muchos es anticipo de una intervención armada, reportó PL.
La Alianza analiza si imponen una zona de exclusión aérea en momentos en que el Consejo de Cooperación de los Países del Golfo solicitaron a la ONU la imposición de una zona de no vuelo sobre Libia.
El próximo jueves se reunirán los ministros de Defensa de la OTAN en Bruselas, ocasión en que se pueden incrementar los acciones contra la nación árabe del norte de África, ya que la imposición de una zona de exclusión área, según sus promotores, entre ellos el jefe del Pentágono, Robert Gates, requerirá de una operación militar.
Mientras, el Reino Unido y Francia elaboran un proyecto de resolución en el Consejo de Seguridad de la ONU para establecer una zona de exclusión área sobre Libia, confirmaron a EFE fuentes diplomáticas, lo cual fue ratificado por el propio canciller británico, William Hague, durante una comparecencia este lunes en la Cámara de los Comunes.
No obstante, en caso de seguir adelante la iniciativa franco-británica, afronta oposición en el seno del Consejo de Seguridad, donde hasta ahora pocos países han mostrado interés en implicarse militarmente en el conflicto libio, además de que Rusia y China, con derecho al veto, se oponen a una intervención militar.
El canciller ruso, Serguei Lavrov, insistió este lunes en la posición de su país respecto a los crecientes llamamientos desde Washington a apoyar militarmente a los opositores de Al-Gaddafi: «No consideramos la injerencia extranjera, en especial militar, como un medio para resolver la crisis. Los libios deben resolver sus problemas», declaró Lavrov, según AFP.
Hague también anunció que continuarán las tentativas de contacto y diálogo con los insurgentes, para lo cual se enviarán más «equipos diplomáticos» a Libia, lo cual fue catalogado por la Cancillería de Trípol de inaceptable.
El único interlocutor para los extranjeros debe ser el Gobierno libio, dijo Yumaa Ibrahim, secretario general del Ministerio del Exterior, poco después de que tropas gubernamentales atacaran y tomaran control de la ciudad oriental de Ras Lanuf, posición significativa por sus pozos de petróleo, dijo PL.
Mientras, el líder libio Muamar el-Gaddafi rechazó la injerencia de Italia y Francia, a los que consideró aliados, y desmintió los supuestos bombardeos contra civiles en su país. En una entrevista con la cadena internacional de televisión France24, opinó que existe un complot para desacreditar a su país.
Asimismo, el canciller libio, Moussa Koussa, insistió en que detrás de la revuelta está «el deseo de neocolonialismo» de Gran Bretaña, EE.UU. y Francia, y responsabilizó a estas naciones de formar parte de una conspiración e instó a la prensa internacional a contar lo que realmente sucede en su país.
En tanto, en Bahrein, cientos de musulmanes de la mayoría chiíta protestaron frente a la embajada de EE.UU. para exigirle a Washington que apoye las movilizaciones que realizan en demanda de mayores libertades políticas, reseñó AP.
Desde Omán se supo que las manifestaciones que exigen medidas de lucha contra la corrupción, continuaron este lunes, a pesar de la destitución de dos ministros y las promesas de creación de empleos. Una sentada en Soha, ciudad industrial a 200 km al norte de Mascate, entró en su novena jornada, mientras omaníes seguían acampados delante de la sede del Consejo Consultativo en la capital.
Además, cientos de personas se manifestaron en Iraq, a un año de las últimas elecciones legislativas, para exigir mejores servicios y el cumplimiento de promesas electorales. En el centro de Bagdad, los manifestantes demandaron reformas económicas, empleo y el fin de la corrupción, ante fuertes medidas de seguridad, al igual que en Faluya donde, además, emplazaron al gobierno por la libertad de detenidos, y gritando consignas como «No volveremos a votar, robaron nuestros votos» o «Hermanos, sunitas y chiitas, no venderemos nuestro país», narró DPA.