Humor gráfico. Autor: Falco Publicado: 21/09/2017 | 04:57 pm
La expresión «tragedia griega», ya muy maltratada por los medios, puede tener lecturas diversas. Para el primer ministro helénico Giorgos Papandreu, tragedia fue que, esta misma semana, le cortaron el teléfono… ¡por error!, pues la compañía andaba tras un cliente que no había podido pagar la factura hacía tres meses. A ese desconocido, en cambio, la ocasión de llorar no se la dará ningún buen drama de Sófocles, sino el enterarse de que, con las medidas de ajuste neoliberal que el Fondo Monetario Internacional y la Unión Europea le han impuesto a Grecia, él deberá acopiar ahora 40 años de trabajo, antes de jubilarse a los 65.
Precisamente sobre las complejidades de la crisis que asfixia hoy a los griegos, y de los apuros de Bruselas por salvar a la moneda única, el euro, JR conversó con dos jóvenes investigadores del Centro de Estudios Europeos.
Juventud Rebelde: ¿Cuál es el origen de la debacle?
Joaquín Santos: La prensa europea desató el estallido mediático de la crisis desde finales de 2009, porque en ese momento se descubrió que Grecia tenía un déficit (más gastos que ingresos) de un 12,7 por ciento, y una deuda de 300 000 millones de euros. Pero esto venía de antes.
«Hasta octubre de 2009, el poder estuvo en manos de Nueva Democracia (ND), un partido derechista, que mantuvo ocultas estas cifras. Estaban veladas para que Grecia pudiera estar en la zona euro, cuyo límite de déficit es del tres por ciento. El Partido Socialista (PASOK), al vencer a ND en las elecciones, efectuó una auditoría, y fue cuando saltaron todos estos datos, así como la corrupción existente en las oficinas estadísticas griegas.
«Viene entonces la crisis, y el PASOK, igual que ND, no encuentra opción de cambio. Elabora dos paquetes de medidas, uno en marzo y otro en mayo, con lo mismo: recortes en el gasto social y alza de impuestos. Es la continuidad del desmontaje del Estado social europeo, con la gente en huelga, el aumento de los desempleados, el alejamiento de los inversores. El impago será eterno, y solo habrá medidas de tapón, para ir resolviendo a tramos y ver cómo se logra que la gente no salga a la calle. Pero la economía no mejorará de momento.
«Mientras, el FMI usa a Grecia como laboratorio para corregir el tiro neoliberal, y considerar cómo resuelve el problema después en otros países de la zona euro».
Indira Barrios: Desde 2001, Grecia tuvo que llevar sus indicadores a niveles similares a los de economías altamente desarrolladas, como Alemania, Francia, Italia. Pero con 11 millones de habitantes, su economía es muy pequeña. Al estar atada al euro, Atenas se rige por los intereses de la Comisión Europea, el Banco Central Europeo y el FMI. Estos realizaron una segunda auditoría, y resultó que el déficit no era de 12,7, sino de 13,6 por ciento. El Gobierno griego dijo que él solo, sin ayuda, podría salir de la crisis, y aplicó un primer ajuste: subió impuestos, disminuyó sueldos y pensiones, suspendió los bonos navideños, y redujo al mínimo los gastos públicos.
«No obstante, la CE, el BCE y el FMI acordaron un primer paquete de ayuda de 45 000 millones de euros. Los mayores aportes fueron de Alemania y Francia, con 8 000 y 6 000 millones respectivamente. Por cierto, los principales acreedores de Grecia son bancos de esos países.
«En Alemania, la canciller Ángela Merkel se preguntó por qué Grecia no salía del euro. Pero eso no está legislado. No se contempla que un país salga, con lo que ello pudiera signifi- car para el prestigio de la zona euro, o para la propia Grecia, al tener que recuperar su moneda. Sería impensable. Entonces Berlín decidió ayudar.
«Claro, este apoyo condicionado exige un segundo plan de ajuste, y lo paga la población griega, con mayores tasas al combustible, los alquileres, el agua, la electricidad, más recortes en las pensiones, y el congelamiento total de los gastos públicos por entre uno y tres años.
«Otra cuestión, Grecia representa un llamado de alerta para la eurozona, por lo que el FMI y la UE acordaron crear un fondo para los países del euro que presenten problemas. La UE aporta 500 000 millones, y 250 000 millones el FMI. Temen por España, Irlanda, Italia, Portugal…, que exhiben índices similares: muy endeudados o con déficit muy altos. Algunos incluso tienen más desempleo que Grecia (10 por ciento al cierre de 2009), como España, con un 20 por ciento».
JR: Por lo que entiendo, el plan griego no será suficiente para aplacar la crisis. ¿Qué alternativa tiene el Gobierno?
IB: Si la ayuda es condicionada, si para dártela te exijo tomar tales medidas, las tienes que tomar. Pero se sabe de antemano que no será suficiente. Ni con los 45 000 millones, ni con las medidas del Gobierno.
«La ayuda a Grecia puede llegar a los 110 000 millones de euros en tres años, pero ¿qué implican esos paquetes de rescate? Seguir endeudando al país. Y llegará el día en que tendrá que pagar con intereses. Se vuelve un problema cíclico. Si la economía creciera, lo haría endeudada».
JS: Bajo el esquema actual no hay solución. Las decisiones para lidiar con el problema no las toma Grecia, sino la UE y el FMI. Atenas no es autónoma. O implanta medidas de recorte, o sale del euro, vuelve al dracma, lo devalúa y resuelve su apuro. Pero si lo hiciera, desacreditaría a la UE, que se dice un modelo institucional fuerte.
«¿Qué pasa entonces? ¿Se deslegitima este? No. Grecia tiene que quedarse, y se le aplican paquetes de rescate. Quienes crearon la crisis, son los que van a “resolverla”, y con los mismos métodos. No hay alternativa de cambio».
JR: Si se repitieran situaciones como la de Grecia, ¿pudiera desaparecer la moneda única? ¿Tuvieron razón los británicos al conservar la libra esterlina y no adoptar el euro?
IB: Los británicos tuvieron razón al explicar por qué no entraban a la zona euro: porque tendrían que arrastrar con economías no comparables con las del Reino Unido, Francia o Alemania. Aunque Londres tiene grandes problemas de déficit, y la libra esterlina se ha depreciado.
«Ahora bien, que llegue a desaparecer el euro, no me atrevería a asegurarlo, pues junto al dólar es la gran moneda de reserva. Lo respaldan economías muy fuertes, y estoy segura de que primero buscarían la forma de sacar a los países que le hagan daño. De hecho, lo han pensado. Pero que Alemania o Francia se afecten, no creo que suceda.
«Ahora el euro está depreciado, pero en época de crisis, incluso eso sería conveniente, porque las economías se vuelven mucho más competitivas, aumentan las exportaciones y el número de inversiones».
JS: El euro no desaparecerá. Todo esto trae un reajuste del sistema de integración, y ellos lo están analizando. ¿Qué ha ocurrido, que no ha podido tenerse un control eficiente? Es un problema institucional.
«La UE deberá readecuar su mirada hacia toda su estructura. Intentará resolver el problema en las condiciones actuales, pero sacar del euro a algún país no dejará de ser una opción a largo plazo. La UE no va a abandonar el euro, sino que lo va a defender a capa y espada. Como está haciendo».
JR: Algunos desean que Bruselas tenga acceso directo a los datos económicos nacionales, para evitar la manipulación. Sin embargo, hay reticencias. ¿Significa que también otros están falsificando sus cifras?
IB: Permitir la entrada a los sistemas de cuentas nacionales implicaría pérdida de soberanía. Pero creo que puede repetirse un caso como el de Grecia, de falsificación de los números. De ahí que se quiera que Eurostat (la oficina de estadísticas del bloque) tenga ese acceso.
JR: Se ha hablado mucho sobre el malestar de los países más ricos respecto a ayudar a Grecia, por el cliché de que los griegos «trabajan poco»…
JS: Esto es como el modelo centro-periferia. Europa al centro, los países subdesarrollados a las afueras. Si estos últimos están ahí, es porque son «unos vagos», porque «no trabajan», porque «no han adoptado las medidas necesarias».
«En Europa es también así: el núcleo son los grandes, y la periferia son las economías pequeñas, como Grecia o las de Europa del Este. Es la forma neoliberal de explicar el subdesarrollo: usted no triunfa porque es negro, porque es perezoso, porque es analfabeto, pero son las propias condiciones del sistema capitalista las que impiden que la periferia alcance altos estándares.
«Hay que decir además que Grecia tiene dos grandes sectores: la industria naviera y la de la construcción, ambas ahora en declive. ¿En qué puede trabajar la gente entonces? Es la gran falacia».
IB: El desempleo no es voluntario. Las personas están pidiendo trabajo. Sin embargo, con el segundo paquete de medidas, les han dicho a las empresas —que tenían como límite un dos por ciento de personas a desemplear—, que echen a todo el que quieran.
«Además, el Gobierno pretendió aumentar la edad de la jubilación. Pero no pudo, porque la esperanza de vida no se lo permitía. La edad del retiro es de 65 años, y solo pudieron llevar a ese tope a las mujeres, de 63 a 65 años. Y deben ser 40 años de servicio, o sea, puedes tener 65 años, pero si no has trabajado 40, no puedes jubilarte».
JR: En España y Portugal, cuyos gobiernos ya van haciendo recortes de gasto, ¿se esperaría una tormenta similar?
—JS: El problema griego es que tenía una deuda y un déficit muy altos. En los otros países, es uno de dos. Y eso les ha permitido maniobrar. Además, en el caso de España, se trata de una economía fuerte.
IB: También hay algo de especulación. España fue de los primeros que se dijeron dispuestos a dar los millones necesarios para ayudar a Grecia, ¡cuando ellos mismos están en situación crítica! Se trata de mantener la imagen, de decir: «estamos bien», y es lo que quieren transmitir a su población. Con independencia de sus aportes al fondo de 750 000 millones de euros, España está tomando medidas muy similares a las que aplica Grecia, y así lo hacen Irlanda, Portugal, Italia…
JR: ¿Alguna previsión?
IB: Decir que la UE va a hacer lo posible por salvar su prestigio, así como la membresía de Grecia y la de los 16 de la zona euro. Lo hará a toda costa, porque lo ha dicho. En lo que queda de año, a corto y mediano plazo, se verán las graves consecuencias de todo esto en lo social.