Miles y miles de iraquíes marcharon este sábado por las calles de Bagdad en una protesta masiva contra el SOFA, el controversial Acuerdo para el Status de las Fuerzas (Status of Forces Agreement) que negocia Estados Unidos con el gobierno de Nouri al Maliki y que dejaría a las tropas norteamericanas como dueñas del terreno hasta el año 2011, a menos que por alguna circunstancia les pidan mantenerse por más tiempo en ese país ultrajado.
La demostración exige el cese de la presencia estadounidense en Iraq. Fotos: AP y AFP La demostración de repudio fue organizada por los seguidores del clérigo chiíta Moqtada al-Sadr, quien envió un mensaje a los asambleístas que votarán Sí o No en el Parlamento el proyecto de los ocupantes que lleva ya tres meses de negociaciones, pero no podrán hacerle el más mínimo cambio.
Leída por Sheik Abdul-Hadi al-Mohammadawi, la declaración considera que, de aprobarse el plan —presentado el viernes al Consejo Político para la Seguridad Nacional, un grupo de asesores que incluyen políticos, legisladores y juristas irnaquíes—, «estigmatizaría a Iraq y a su gobierno por los años por venir». Por tanto, pide a los parlamentarios que rechacen el pacto, tal y como lo hacían los manifestantes que ondeaban banderas de Iraq y clamaban en sus consignas «¡Sí, sí Iraq! ¡No, no a la ocupación!».
Considerado como vergonzoso por la mayoría del pueblo iraquí, hostiles a esa presencia militar estadounidense, el nuevo pacto que mantendría la ocupación iniciada por decisión imperial unilateral en marzo de 2003, reemplazaría la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU que dio el visto bueno a la invasión luego de consumado el hecho vil e ilegal.
El contenido del trato —que debe someterse al gabinete del primer ministro Nouri al-Maliki antes de llevarlo al Parlamento— todavía se mantiene en secreto para los iraquíes, pero el gobierno in-soberano asegura que no establece bases permanentes para el ejército estadounidense, y que tendrán el derecho a juzgar en sus tribunales a los militares de EE.UU. por crímenes graves «cometidos cuando se encontraban fuera de servicio». Se deduce que si tenían el uniforme y su armamento guerrero, no hay arreglo, pueden hacer lo que les plazca porque son capacidades y privilegios del oficio.
Miren si es así que el secretario de Defensa Robert Gates aseguró a los miembros del Congreso en Washington que las tropas están protegidas, «no hay razón para estar preocupados», porque resulta que se cuestionan el ceder autoridad sobre las tropas norteamericanas en Iraq. Vaya, que pierden inmunidad. El SOFA tiene que acomodar a los estadounidenses, aunque sea duro y los muelles pinchen a los iraquíes.
Por cierto, la administración de George W. Bush citó a un pequeño grupo de prominentes congresistas y personalidades políticas a la Casa Blanca para leerles el documento, pero no dejó que se le hicieran copias, y resultó curioso que —según AP— el candidato republicano John McCain recibiera una llamada de invitación del secretario de Defensa Robert Gates, mientras la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, invitaba al demócrata Barack Obama y a su vice, el senador Joe Biden; sin embargo, la compañera de ticket de McCain, la gobernadora Sarah Palin fue omitida del briefing... aunque se dijo que no fue un desaire, sino que inicialmente se trataba de informar a quienes se les consideraba esenciales para el apoyo al acuerdo estadounidense-iraquí.
Sean McCormack, vocero del Departamento de Estado, lo explicó así: «Si ustedes han notado, ella es una gobernadora, no un senador o congresista». Y punto.
Pero volvamos a lo sustancial. Otras provisiones del SOFA establecen que las tropas estadounidenses no pueden detener a sospechosos en sus casas —excepto en actividades de combate— si no tienen una autorización legal iraquí; y los prisioneros en poder de Estados Unidos deben ser transferidos al control iraquí.
De todas formas, lo esencial estriba en que cuando la «autoridad» que el Consejo de Seguridad de la ONU le dio post-invasión a Estados Unidos expire el 31 de diciembre de 2008, la «legalidad» de la presencia ocupante se mantenga gracias a este SOFA, en que —insisten— debe proteger a sus soldados y contratistas mercenarios, para que los malos sigan durmiendo bien y a pierna suelta.