Protestas en Sadr City. Foto: AP BAGDAD.— Insurgentes iraquíes provocaron el jueves la explosión de uno de los dos principales oleoductos de exportación en el sur del país árabe, que tuvo que recortar sus ventas de crudo por primera vez en años, dijeron a Reuters funcionarios petroleros.
El fuego provocado fue extinguido rápidamente y funcionarios dijeron que seguían esforzándose para normalizar los despachos desde la segunda ciudad iraquí, Basora, donde comenzaron combates el martes.
«Esta mañana, saboteadores volaron el oleoducto que transporta crudo desde Zubair 1, al colocar bombas debajo de la tubería. El oleoducto sufrió severos daños», dijo a Reuters un funcionario de Southern Oil Company, quien declaró bajo condición de anonimato.
Por otra parte, AFP destacó que la comandancia militar de Bagdad decretó un toque de queda total que prohíbe la circulación de vehículos y de peatones desde el jueves por la noche al domingo por la mañana, medida originada por los enfrentamientos entre milicianos chiitas y fuerzas regulares en varias ciudades del país, que han provocado más de 100 muertos y centenares de heridos.
Asimismo, un empleado del gobierno de EE.UU. murió y otros cuatro resultaron heridos por ataques con cohetes contra el complejo diplomático y gubernamental de la Zona Verde, reveló el Departamento de Estado, citado por Reuters. El portavoz de esa instancia, Sean McCormack, dijo que las bajas ocurrieron durante los cuatro días de ataques con cohetes, que comenzaron el domingo, en el complejo en el centro de Bagdad.
Bombas de mortero y cohetes explotaron durante días en toda la capital. Un ataque el jueves cerca de la embajada de EE.UU. en la fortificada Zona Verde envió una columna de humo negro al cielo.
Paradójicamente, el presidente estadounidense, George W. Bush, interpretó los combates en curso en Iraq como signo de los «avances» que se lograron estos últimos meses con el reforzamiento de las tropas estadounidenses y destacó el paulatino retorno «a la normalidad» en ese país.
Bush anunció en septiembre el retiro de cinco brigadas de soldados estadounidenses antes de julio de 2008. El contingente se reducirá a cerca de 140 000 efectivos, a unos meses del fin de su presidencia.
«Batirse en retirada» tendría «un costo estratégico enorme para EE.UU.», dijo, en su caprichosa sordera ante el reclamo de la población estadounidense de que acabe de sacar a los jóvenes norteamericanos de aquel avispero.