Emil Lahoud. BEIRUT, Líbano.— La crisis política provocada por las conclusiones del llamado reporte Winograd en el gabinete israelí es apreciada en esta pequeña nación como una confirmación de su formidable victoria sobre el cuarto ejército más poderoso del planeta, durante la llamada guerra de los 33 días del verano pasado.
En una entrevista exclusiva con los enviados especiales de la Mesa Redonda y los Servicios Informativos de la TV Cubana, que se transmitirá próximamente en los espacios televisivos de la Isla, Emile Lahoud, presidente del Líbano, recordó que cuando en la Cumbre de los No Alineados de La Habana, habló de la victoria libanesa sobre Israel, algunos cuestionaron que definiera como derrota la retirada de los invasores. Y ahora son ellos mismos quienes lo están reconociendo oficialmente.
En opinión del mandatario, «esa derrota marcó la ruptura del plan norteamericano-israelí para la región» y afecta tanto a los invasores como a sus aliados, especialmente a Estados Unidos, que entregó muchas armas estrenadas en el conflicto contra el pueblo que finalmente las silenció con su heroica resistencia.
Sobre la posibilidad de que la soberbia de los derrotados derive en nuevas agresiones revanchistas, Lahoud está convencido de que en el futuro inmediato, Israel no se lanzará en otra operación militar de gran envergadura sobre el Líbano u otro países, como Siria e Irán, precisamente por las crisis que enfrentan tanto Olmert como Bush debido a los fracasos respectivos de sus ejércitos en el Líbano y en Iraq.
Sin esas dos derrotas, la ofensiva israelí hubiera caído ya sobre las naciones amenazadas, afirma Lahoud, quien, sin embargo, no descarta que Israel insista en las operaciones militares limitadas y los bombardeos selectivos.
«De Israel se puede esperar todo», afirmó el dirigente, pero reiteró lo que ya dijo ante Naciones Unidas sobre la derrota sionista –«la segunda después de la del año 2000»- como prueba que el método de la violencia contra estados vecinos no dará ningún fruto y que la única vía para solucionar de forma racional cualquier tipo de conflicto, sigue siendo la negociación.