La explosión destrozó el auto en que viajaban Letelier y Ronni Moffitt, matándolos de inmediato. En el aniversario 30 del asesinato del ex embajador chileno en EE.UU. Orlando Letelier y su colega norteamericana Ronni Karpen Moffitt, el Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington solicitó este miércoles al gobierno de EE.UU. desclasificar todos los documentos sobre la participación del general Augusto Pinochet en la voladura del automóvil de Letelier el 21 de septiembre de 1976, uno de los más sonados actos de terrorismo que ha tenido lugar en la capital norteamericana.
Según Peter Kornbluh, director del Proyecto de Documentación sobre Chile del Archivo, «en el actual contexto de la guerra de la administración norteamericana contra el terrorismo internacional, es importante saber la historia completa de los escasos esfuerzos de EE.UU. para detectar y disuadir un plan terrorista que tuvo lugar en el corazón de Washington D.C., en 1976».
Orlando Letelier. Centenares de documentos que implican a Pinochet por autorizar y cubrir crímenes en el Operativo Cóndor fueron desclasificados durante la administración de Clinton, pero terminaron siendo congelados en el 2000 porque supuestamente servirían como evidencia para una investigación iniciada por el Departamento de Justicia sobre el dictador chileno.
(Documento 1_19761008) El Archivo, una institución académica independiente, develó este miércoles una nota enviada el 8 de octubre de 1976 al secretario de Estado Henry Kissinger, que reseña el acercamiento de la CIA al jefe de la policía secreta chilena (DINA), Manuel Contreras, para investigar la participación del Operativo Cóndor en el atentado terrorista del 21 de septiembre de 1976 contra el ex embajador chileno, cuyos autores materiales fueron cubanos anticomunistas bajo las órdenes de la DINA.
La nota secreta fue escrita por el representante de Kissinger para América Latina, Harry Schlaudeman, y en esta se afirma que Contreras había negado que «la Operación Cóndor tuviera cualquier otro propósito que el intercambio de la inteligencia».
A pesar de que el atentado había tenido lugar unos días antes en el centro de Washington DC, la nota no hace ninguna referencia contra Contreras sobre los asesinatos de Letelier y Moffitt, «aun cuando la administración norteamericana contaba con suficientes evidencias de que la DINA chilena era la autora más probable del crimen», afirma Kornbluh. En 1978, Contreras fue procesado por un gran jurado de EE.UU. por dirigir el ataque terrorista.
Entre los memorandos dirigidos a Kissinger, publicados por el Archivo, se encuentran una serie de documentos que vierten luz sobre lo que sabía el gobierno de EE.UU. acerca de la Operación Cóndor —la colaboración de los servicios secretos de la policía del Cono Sur para secuestrar, torturar y asesinar a opositores en los años 70, con el beneplácito de Washington— y qué acciones tomó o no pudo tomar antes del asesinato de Letelier-Moffitt.
Según Kornbluh, el 23 de agosto de 1976 la oficina de Kissinger envió una queja diplomática (demarche), cuidadosamente redactada, a los embajadores de EE.UU. en Chile, Argentina, Bolivia, Uruguay y Paraguay, para entregarlo a los respectivos gobiernos, en la que se habla de la connotación pública de los asesinatos que se estaban produciendo en esos países. Pero el día siguiente, el embajador de EE.UU. en Chile, David Popper (Documento 2_Condor 07) replicó que no iba a entregar el informe a Pinochet porque «él puede tomar como un insulto cualquier referencia que lo conecte con tales estrategias para ese tipo de asesinato». En su lugar, Popper solicitó permiso para enviar al jefe de la estación de la CIA en Chile a conversar con Contreras. Por las razones que siguen ocultas en documentos aún clasificados, Schlaudeman no autorizó ese acercamiento hasta el 4 de octubre, dos semanas después del atentado contra el auto de Letelier en Washington.
Por razones también «desconocidas», el 20 de septiembre de 1976, un día antes del asesinato de Letelier-Moffitt, Schlaudeman ordenó a su propio representante a que les dijera a los embajadores del Cono Sur: «no organizar ninguna otra acción» —es decir, criticarlos por los asesinatos—, porque «no ha habido informes en las últimas semanas que indican la intención de activar los operativos del Cóndor». (Documento 3_Condor 09) En su nota del 8 de octubre a Kissinger, referida al memorando de la CIA sobre la conversación con Contreras, Schlaudeman aseguraba que «el acercamiento a Contreras me parece a mí suficiente acción por el momento» porque «los chilenos son el motor de Cóndor».
(Documento 4_19760830): El archivo también desclasificó una segunda nota de Schlaudeman a Kissinger que da cuenta de un cable del embajador de EE.UU. en Uruguay Ernest Siracusa, donde expresa sus preocupaciones sobre el alcance terrorista que ha tomado el Operativo Cóndor. En su nota a Kissinger con fecha del 30 de agosto de 1976, Schlaudeman da a entender que conoce perfectamente los planes del operativo y asegura que: «Estamos tratando de evitar una serie de asesinatos internacionales que podrían hacerle un daño serio a la reputación de los países implicados».
Kornbluh opina que es evidente que EE.UU. sí tenía señales de los planes de asesinatos del Operativo Cóndor, donde Chile «era el motor impulsor», y que estos aparecen en el memorando de la CIA que refiere la conversación con Contreras y el cable de Siracusa, documentos que permanecen censurados por la actual administración norteamericana. (Archivo de Seguridad Nacional de la Universidad George Washington)
Orlando Letelier del Solar (13 de abril de 1932-21 de septiembre de 1976). Político y economista chileno, miembro del gobierno de la Unidad Popular de Salvador Allende, asesinado en Washington por los agentes de la dictadura de Augusto Pinochet en 1976.
En 1971 fue designado embajador en Estados Unidos por el presidente socialista Salvador Allende. Dos años más tarde, sirvió como ministro de Relaciones Exteriores, y luego como ministro de Defensa.
Tras el golpe militar del 11 de septiembre de 1973, que llevó a Pinochet al poder, Letelier fue detenido y torturado, siendo enviado a una prisión política en la Isla Dawson en el Estrecho de Magallanes. Después de su liberación, fue a Washington en 1974, donde trabajó para restaurar la democracia en Chile.
Los terroristas anticubanos Guillermo Novo Sampoll, Ignacio Novo Sampoll, José Dionisio Suárez, Virgilio Paz Romero y Alvin Ross fueron los autores materiales del horrendo crimen.
Orlando Bosch, no estuvo físicamente en el lugar de los hechos, pero se tienen evidencias de que participó en la conspiración, y que era el vínculo con la DINA, como jefe del CORU.