Cesé Montalvo se ha despedido del club Uralochka tras casi tres temporadas de contrato. Autor: Getty Images Publicado: 18/05/2022 | 06:13 pm
A esta hora, Cuba y el mundo ya están enterados de lo sucedido el pasado fin de semana con la voleibolista cubana Ailama Cesé Montalvo durante la final de la Superliga rusa; muchos, de todos los rincones, se han horrorizado, ofendido y/o solidarizado con la atleta cubana que milita en el club Uralochka NTMK y han condenado la actitud racista de Andrei Voronkov.
Por eso no pienso narrar la historia que comenzó a escribir el técnico ruso del Lokomotiv Kaliningrad cuando profirió aquella frase, para mí, irrepetible, y que no hizo más que dar sentido a la idea de que el racismo y la xenofobia contra atletas negros y latinos, sobre todo en Europa, siguen lacerando el deporte.
Aquí, a mi entender, no hay que darle más cabida ni publicidad a la palabra hiriente, al tono despectivo ni a la mala intención; lo que hay que destacar es la grandeza de una mujer cubana, joven y talentosa atleta que no se dejó humillar y prestó oídos sordos a la ofensa, mostrando la dignidad que quizás, su propio agresor, nunca esperó.
«No me afectan en absoluto las palabras que expresó contra mí porque el problema lo tiene él cómo persona, que no puede controlar su ego insaciable, que para lograr un resultado tenga que ofender a alguien. Eso solo demuestra los pocos valores que tiene y su falta de ética profesional», posteó en sus redes sociales la muchacha poco tiempo después de que saliera a luz el lamentable suceso.
«Yo le gané en esa final mentalmente y hoy con este escrito lo vuelvo a hacer porque sé que me ha crecido el corazón al no devolver odio a quien odio me envió», aseveró.
Es cierto, Ailama no pudo evitar que su equipo, al que pertenece desde el año 2019, cayera por el título de la liga, pero sus adversarios tampoco lograron amedrentar a la antillana que consiguió anotar 115 puntos en la final, con promedio de 20 anotaciones por encuentro, además de seis aces y ocho puntos por bloqueo en cuatro de los cinco pleitos disputados; además de que en el último choque encabezó la ofensiva del plantel de Ekaterimburgo con 30 puntos, para un 58 por ciento de efectividad en el ataque, consagrándose así como máxima anotadora y líder de su selección.
No obstante, la atacadora cubana, cuyo contrato expiraba este verano, se ha despedido de sus compañeras de equipo tras el incidente, asegurando que se lleva lo mejor de cada una y agradeciendo la oportunidad que se le confirió de jugar para este club. La marcha de la jugadora ha sido confirmada luego por la directiva de la franquicia.
Pero no quedan sinsabores. La nuestra cumplió y con creces, sobreponiéndose incluso a una lesión que la mantuvo fuera de las canchas por tiempo prolongado.
La Federación rusa de la disciplina ha dicho estar al tanto del incidente, sin embrago, el club continúa esperando una disculpa por parte de Voronkov, la cual, al parecer, demorará en llegar o puede que incluso nunca lo haga.
Un resarcimiento que no creo que Ailama necesite. Tiene el apoyo de los suyos y de medio mundo que la considera hermosa, digna. Con arrepentimiento o sin él, continuará estando orgullosa de llevar el color negro sobre su piel y seguirá feliz.