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Mal tiempo, mejor cara

En el estadio «Doroteo Guamuch Flores», los hombres de Pablo Elier Sánchez no pudieron sacar tres puntos fundamentales para sus aspiraciones de seguir en la pelea por Catar 2022.

Autor:

Enio Echezábal Acosta

Decir que la selección nacional de Cuba cayó nuevamente en un partido eliminatorio puede sonar redundante, pero la verdad es que la más reciente derrota de los Leones del Caribe no fue ni de lejos parecida a los momentos nefastos que ha vivido el fútbol nacional últimamente.

En el estadio «Doroteo Guamuch Flores» de la capital chapina, los hombres de Pablo Elier Sánchez no pudieron sacar tres puntos que hubiera sido fundamentales para sus aspiraciones de seguir en la pelea por el boleto a Catar 2022.

La alineación fue la esperada: Sandy Sánchez en el arco, zaga compuesta de izquierda a derecha por Jorge Luis Corrales, Carlos Vázquez, Yosel Piedra y Dariel Morejón; Karel Espino como pivote, Arichell Hernández y Jean Carlos Rodríguez como interiores, y arriba con Joel Apezteguía, Luis Paradela y Maykel Reyes.

Los primeros minutos fueron como muchos pensaban: los locales dominando el juego y los nuestros defendiéndose a duras penas de unos ataques sin demasiada precisión. La banda derecha fue un coladero durante más de la mitad del tiempo inicial, aunque eventualmente se hicieron ajustes y los de las cuatro letras lograron llegar «vivos» al minuto 45.

En el segundo tiempo sucedió el momento más memorable de esta última semana: el debut de Onel Hernández, un hombre que cruzó la frontera mexico-guatemalteca en avioneta, que llegó prácticamente del viaje para el estadio, piso el verde y se ganó, sin haber tocado balón alguno, la admiración de toda la Isla.

Con la entrada del jugador del Norwich, se notó una mejoría palpable en las filas antillanas. La presión alta funcionó, llegaron algunas ocasiones y con ellas las esperanzas del milagro. Un tiro libre de Apezteguía fue lo más destacado hasta el 60’, cuando un centro rival atravesó la defensa de los cubanos y prácticamente cayó en los pies de Luis Martínez, quien aprovechó para adelantar a los del quetzal.

Minutos más tarde, al 63’ una entrada dura de Espino hizo que fuera expulsado directa y tal vez inmerecidamente.  Así se quedaban los Leones con uno menos para el resto del encuentro, pero ni siquiera eso les detuvo de seguir atacando y peleando cada balón, aún a riesgo de que les cayeran uno o dos goles más.

Al final, a pesar de las inoportunas cenizas del volcán Pacaya, de la falta de trabajo en equipo y de roce que aún lastran esta selección, lo justo es decir que mostraron una cara digna. Quedó claro, si es que existían dudas, el largo trecho que falta hasta que seamos serios candidatos para llegar la Copa del Mundial. Sin embargo, se nota algo de luz al final de un túnel que hasta hace poco parecía casi interminable.

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