Zoila y Alejandro se conocen desde el décimo grado y han mostrado una excelente química en el agua. Autor: Abel Rojas Barallobre Publicado: 11/03/2020 | 08:51 pm
A lo largo de la historia del deporte mundial varios son los atletas que nos han sorprendido con ideas que, para muchos, pueden resultar descabelladas. por ejemplo, ¿quién no se llevó las manos a la cabeza cuando el hombre más veloz de todos los tiempos, el jamaicano Usain Bolt, dejó las pistas para ir en pos de un balón de fútbol?
La lista se alarga con casos muy conocidos como el del astro basquetbolista Michael Jordan, que cambió las canchas para probar suerte en el béisbol; o el multimedallista olímpico de la natación Michael Phelps, que probó suerte en el golf y el argentino Gabriel Batistuta, quien después del fútbol se lanzó a practicar profesionalmente el polo.
En Cuba tenemos referencia de la multifacética Hilda Ramírez, quien además de hacer historia en el atletismo, en las especialidades de impulsión de la bala y lanzamiento del disco, también representó a la Isla como miembro del equipo nacional de softbol.
Otro antillano, Alejandro Pando Peña, está incluido desde ya, en el selecto club de los «aventureros» atletas que, tras cumplir sueños y metas en un deporte determinado, apuestan por probar suerte en otras disciplinas.
El joven camagüeyano de 20 años hace alrededor de tres meses entrena en las piscinas del habanero Complejo Baraguá, y va camino a convertirse en el primer cubano miembro de un conjunto nacional de natación artística.
Lo que pocos saben es que el muchacho, antes de zambullirse en el agua, practicó taekwondo, siendo incluso primera figura del plantel criollo en la modalidad de poomsae: representación de figuras o formas de combate imaginario.
«Al taekwondo llegué con 12 años, fui campeón nacional de la disciplina y participé en torneos clasificatorios a los Juegos Centroamericanos de Barranquilla en 2018 y a los Panamericanos de Lima en 2019, pero un día me di cuenta de que eso no era lo mío», comentó en exclusiva a JR Pando Peña.
«La natación artística me atrapó gracias a mi afición al agua, mis padres me enseñaron a nadar desde muy pequeño y ello, unido a la buena fortuna de estudiar en el preuniversitario en la misma aula de Zoila Valdés, mi actual compañera en el dueto mixto, me dieron el empujón que necesitaba para decidirme a cambiar de deporte.
«Por supuesto, tanto para mis padres como para los entrenadores del taekwondo fue una sorpresa y hasta trataron de disuadirme, pero yo en lo personal estoy conforme, hasta ahora me siento a gusto, creo que voy por buen camino y espero que siga así», aseguró el agramontino.
A decir de sus actuales entrenadoras, Alejandro aún no es matrícula oficial del conjunto cubano de la natación artística, aunque lo será en el próximo ciclo. no obstante, se prepara junto a su compañera para representar a la Isla en el clasificatorio a los Juegos Centroamericanos de 2022 que tendrá lugar el año próximo en Aruba.
Muchas son las esperanzas puestas en la dupla que conforman Alejandro y Zoila. según especialistas, el chico ha mostrado potencialidades para el deporte, tiene mucha flexibilidad y es muy bueno en las acrobacias; además de que tiene un somatotipo muy similar al de la muchacha, lo que amplía las posibilidades de obtener en el futuro resultados alentadores en la modalidad.
«Con Zoila la relación, tanto en la piscina como fuera de ella, es magnífica, no solo son compatibles nuestros cuerpos sino que también pensamos parecido y eso es esencial porque el dúo en el agua tiene que ser una sola persona. Otra cosa que me ayuda es su experiencia, ella lleva 13 años practicando este deporte», añadió el estudiante de licenciatura en Cultura Física.
«Confío en que saldrán muy buenos resultados de esta pareja porque estamos trabajando duro para ello, aunque les puedo asegurar que no es fácil. Me atrevo a decir que hago más esfuerzo físico aquí que en el taekwondo, pero no me arrepiento», dijo.
Según Pando Peña los prejuicios que pueden acompañar a su valiente decisión no lo afectan, pues hasta el momento no ha tenido que sufrirlos: «no soy muy sociable que digamos, sin embargo a mis amigos y compañeros de entrenamiento les exijo y brindo respeto, con eso basta para alejar cualquier mala intención», expresó.