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Orejas levantadas

Poco a poco se va esclareciendo el panorama competitivo para los siete púgiles cubanos que toman parte en el Campeonato Mundial de esta disciplina, en Rusia

Autor:

Luis Autié Cantón

Ya lo habíamos alertado: un campeonato mundial, del deporte que sea, es cosa seria. Por ello la concentración del atleta que toma parte en estos eventos debe ser total, completa y, a veces, la incertidumbre de no conocer rival o la veleidosidad de un organigrama competitivo que retrasa un debut puede ser un arma de doble filo.

Si bien el sorteo les regaló a los siete boxeadores cubanos que toman parte en el Campeonato del Mundo de Boxeo, que tiene su sede en la ciudad rusa de Ekaterimburgo, una primera semana más vacía que una playa de Finlandia en enero, el hecho de que sus contrarios hayan roto la inercia competitiva antes puede ser un elemento pernicioso a tener en cuenta.

No es una señal vacía de rebato, sino un llamado a los nuestros a estar con los ojos abiertos y las «orejas levantadas». Dicho esto, si bien adelantamos a inicios de semana que el guantanamero Arlen López se encararía el viernes próximo al púgil argelino Younes Nemouch, ahora son el pluma Lázaro Álvarez; Julio César La Cruz (81 kg) y el crucero Erislandy Savón quienes tienen ya el nombre de los destinatarios de sus golpes.

Así, Lázaro intentará pegar mejor que el ecuatoriano Jean Caicedo, victimario del ucraniano Oleksii Kozolok. Caicedo peleó hace un mes en el mismo ring que Álvarez, durante los Juegos Panamericanos de Lima, pero se fue «en blanco», mientras que el cubano se calzó la corona regional de la división de 60 kilogramos.

Ahora, con tres kilos de peso menos, se siente confiado. En declaraciones al colega Roberto Ramírez, del diario digital JIT y testigo in situ de los avatares del torneo, el pinareño, titular mundial en Bakú 2011, Almaty 2013 y Catar 2015, y subcampeón en Hamburgo 2017, manifestó estar bien,  «ajustado al peso y muy motivado», y no acusa al cambio de división.

«Ya peleé en los 57 kilos en la final de la Serie Nacional como parte del trabajo para este evento y el cambio después de Lima se produjo de manera planificada, por lo que no constituye un problema», aseguró.

Parece entonces, a priori, un combate sin muchas complicaciones para el cubano. Por otra parte, Julio César, todo un showman sobre el encerado, se cruzará con el argelino Mohamed Houmri. Hay que destacar algo: si bien ganar un título mundial es algo grande para cualquier atleta, para La Cruz tiene otros tintes, si se quiere, más esmaltados.

De imponerse en Rusia, el camagüeyano obtendría su quinta faja del orbe y se colocaría a tan solo una de Félix Savón. Pero vuelvo sobre mis pasos: no hay que confiarse. Y el cubano, por suerte, lo tiene claro. «Es un mundial de convocatoria abierta, lo cual hace que combine masividad y calidad.

Hay atletas muy conocidos y otros no tanto, pero todos vienen con el mismo fin y será necesario mantenerse a tope durante varios días, porque los que lleguen a la final tendrán que celebrar un buen número de peleas, cinco en mi caso», expresó La Cruz.

Erislandy Savón tendrá de rival al georgiano Kikolov Begadze, por lo que se pronostica un combate atractivo, si tenemos en cuenta que esa nación euroasiática es cuna de púgiles de una calidad enorme.

Además, Andy Cruz, considerado por muchos en la actualidad el mejor boxeador de Cuba, libra por libra, boxeará con el argelino Mohamed Flissi, victimario del representante de la República Democrática del Congo Doudou Ilunga, mientras que Yosbany Veitía lo hará frente al belga Ibrahima Diallo.

Hoy, de la pelea entre el egipcio Mohamed Hikal y el chino Qiong Mai saldrá el rival del welter Roniel Iglesias, único cubano que queda por conocer oponente. Con casi todas las fichas puestas ya sobre el tablero, me ciño entonces a las palabras de Andy Cruz.

Desde Rusia, el ligero welter dijo que haber quedado bye en el primer corte es «un premio a la posición que poseemos en el ranking, y la posibilidad de no pelear en la primera ronda, pero tenemos claro que eso no dice nada a partir de que entremos en competencia, porque cada uno de nosotros va a enfrentar muchas exigencias, ya que el evento reúne a lo mejor del mundo. Hay que estar concentrados en la competencia de manera general, teniendo en cuenta que, como dice la canción, de cualquier valla sale un ratón, y hay que estar “fino” para ganar pelea por pelea», sentenció.

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