Queda apenas una etapa para que concluya la edición 52 de la Vuelta ciclística a Costa Rica y aunque parezca paradójico los cubanos no lo han hecho mal, pese a que solo permanecen dos en la carrera y fuera de los 20 primeros lugares en la clasificación general individual.
Si consideramos solo los datos de los boletines diarios emitidos por los organizadores del giro, podríamos concluir que el resultado es mediocre. De siete pedalistas, cinco están fuera de la justa. Sin embargo, hay otros argumentos que no pueden soslayarse al juzgar el comportamiento de la armada insular.
Ya nos hemos referido al escaso calendario internacional de nuestros atletas, excepto José Mojica, y a las carencias tecnológicas en un deporte en el cual se introducen constantemente innovaciones en las bicicletas. En esas condiciones, la armada cubana se ha batido, a sabiendas de que tiene «minutos de desventaja» antes de la partida.
Ese criterio lo comparte Ramón Acosta, el entrenador del equipo, quien pondera la voluntad con la que sus discípulos asumieron el reto de una prueba muy difícil, con tramos muy complejos de montaña, que para subirlos adecuadamente necesitan entrenamientos en parajes semejantes. A eso se sumaron roturas, caídas y enfermedades, la carencia de mejores recuperantes, elementos que han incidido en el desempeño de los pedalistas antillanos.
Sobre la actuación de Mojica, el manager del club profesional Start Cycling Team, con el cual corrió el artemiseño en 2016, Muricio Frazer, comentó a este redactor que no se puede desconocer que su estado de forma es bajo, después de una dura temporada en Europa y el poco entrenamiento para esta vuelta. «Sin embargo, el nivel que está mostrando en diciembre es muy bueno, incluso, mejor que el de muchos atletas que llegaron a Costa Rica al ciento por ciento de su forma deportiva», explicó.