La armadora Ineidis Casanova fue vital en la victoria cubana con sus tres tiros efectivos desde la larga distancia en momentos claves. Autor: FIBA Publicado: 21/09/2017 | 06:33 pm
El partido de este miércoles significaba una suerte de corredor de la muerte para Cuba y Nueva Zelanda, pues solo una de estas escuadras avanzaría a los cuartos de final del Preolímpico de Baloncesto con asiento en la ciudad francesa de Nantes. El pulso entre ambos equipos culminó con una dosis de oxígeno victorioso para las nuestras, mientras que sus rivales salían cabizbajas de La Trocardière, instalación convertida en «morgue y lápida» para sus aspiraciones.
Durante los 40 minutos de encuentro, se evidenció la paridad de ambas selecciones y el pizarrón fue uno de los testigos de dicha rivalidad: 64-62. Pero antes de analizar detalles del partido, es necesario decir que este bienvenido resultado para el baloncesto cubano no fue obra de la casualidad, toda vez que el timonel antillano Alberto Zabala había advertido después de la derrota inicial contra las galas, que la táctica estaría enfocada en analizar el choque entre las locales y las neozelandesas para descubrir las fortalezas y debilidades de las oceánicas.
Sin duda, fue vital la visualización del estilo de juego que proponían las alumnas de Kennedy Kereama para que las caribeñas lograran el trascendental «salvoconducto» hacia la próxima fase. Junto a ello también pesó la contribución ofensiva de la santiaguera Oyanaisy Gelis, líder anotadora por las nuestras con 16 cartones, y de sus compañeras Ineidis Casanova y Marlene Cepeda, ambas con 11 rayas.
Según reportan informaciones desde la sede, la pinareña Casanova —impecable desde la larga distancia— anotó tres triples en situaciones que exigían de un repunte del conjunto cubano. Aunque en los tiros de dos puntos estuvo inefectiva (encestó uno en siete intentos), eso lo compensó con seis rebotes conseguidos, departamento que tuvo nuevamente en la pívot guantanamera Clenia Noblet a la principal figura con diez.
El encuentro estuvo cargado de mucho suspenso: a falta de 12 segundos para el final, el marcador reflejaba un empate a 62. Fue entonces que la organizadora Micaela Cocks cometió una falta, que sería cobrada por la espirituana Cepeda para capitalizar la victoria.
Un desempeño significativo rindió por las derrotadas la alero Jillian Harmon, quien se desempeña con el club italiano Le Mura Lucca, al producir el 40 por ciento de las anotaciones de su equipo con 25, además de mostrarse letal bajo las tablas con 14 rebotes.
Al concluir el choque, Zabala declaró en la conferencia de prensa que «fuimos fuertes en defensa, provocamos que perdieran balones y supimos despegarnos en los momentos en que las neozelandesas se acercaron en el marcador. Es un gran resultado colocarse entre los ocho mejores conjuntos de este evento, pero nosotros venimos por más. Ante el próximo rival en cuartos de final lucharemos por la clasificación olímpica y de no ser posible, entonces unificaremos fuerzas para alcanzarla en la otra fase».
El adversario que tendrá Cuba el próximo viernes será Turquía, elenco que culminó invicto en el Grupo B con dos éxitos ante Camerún y Argentina. Será un encuentro áspero para las huestes de Zabala, pues las otomanas estuvieron a las puertas del podio en el pasado Campeonato Mundial, del que fueron sede y anclaron en el cuarto peldaño, con cuatro victorias y dos fracasos. De ganar, las cubanas obtendrán automáticamente el cupo olímpico, pero si caen, todavía les quedaría la oportunidad de luchar por una plaza ante los otros tres planteles perdedores de la ronda de cuartos de final.