Hay una verdad que nadie puede rebatir: fue un torneo de jerarcas con serias pretensiones a la corona en el tablero mundial, de esos en los que un abrazo vale tanto como un lingote de oro. Pero con cuatro derrotas en línea era imposible que Leinier Domínguez (2751 puntos de Elo) no quedara en el fondo de la tabla de posiciones del Grand Prix de Bakú, Azerbaiyán.
Eso fue lo que le sucedió al mejor ajedrecista de Latinoamérica, quien además de alojarse en el último escaño entre los 12 contendientes de la justa, perdió 24,8 puntos de Elo.
Este martes, fecha conclusiva del certamen, Leinier inclinó su rey frente a Alexander Grischuk (2797), en el único cotejo del día que no terminó en tablas. Evidentemente, los tres reveses precedentes tuvieron un notable impacto psicológico en el muchacho de Güines.
Los abrazos en la undécima ronda los protagonizaron Fabiano Caruana (2844) y Evgeny Tomashevsky (2701), Boris Gelfand (2748) y Peter Svidler (2732), Rustam Kasimdzhanov (2706) y Shakhriyar Mamedyarov (2764), y Hikaru Nakamura (2764) y Teimour Radjabov (2726).
De las 11 partidas efectuadas en Bakú, Leinier negoció el armisticio en seis y perdió las otras cinco. Ni una victoria pudo conseguir, a pesar de ser el sexto jugador de más alto Elo entre los convocados.
Con ese resultado acumuló solo tres unidades, con las que quedó a tres puntos y medio de Caruana y Gelfand, líderes de la competencia.
A continuación concluyeron empatados con seis tantos, Karjakin, Grischuk, Svidler, Tomashevsky y Nakamura. Radjabov fue octavo (5,5 puntos), después quedaron Mamedyarov y Kasimdzhanov (cinco). Y un puesto por delante de Leinier se ubicó Andreikin (4,5).