Puello intercambió con la prensa cubana sobre el presente y el futuro del certamen. Autor: Voz y deporte Publicado: 21/09/2017 | 05:45 pm
Isla Margarita, Venezuela.— La presencia del béisbol cubano en estas tierras tiene literalmente «bailando en un solo pie» a todo el mundo. El entusiasmo popular es notable, y como era de esperar, el institucional le sigue los pasos.
En la mañana de este sábado las máximas autoridades beisboleras de los países participantes en la 56 edición de la Serie del Caribe ultimaron los detalles finales del torneo. Y poco después, el dominicano Juan Francisco Puello, presidente de la Confederación del Béisbol Profesional del Caribe (CBPC), intercambió con la prensa cubana sobre el presente y el futuro del certamen. Pero sobre todas las cosas, acerca de la repercusión que tiene y puede tener el regreso de los equipos cubanos al concierto caribeño.
El federativo abordó los temas con una claridad meridiana, pero tal vez fue lo referente a la posible presencia de un elenco de la Mayor de las Antillas en la próxima versión de la justa, que se organizará dentro de un año en la capital de Puerto Rico, lo que llena de optimismo a los amantes del deporte de las bolas y los strikes en la región.
«Hace unos días comenté sobre esta intención de continuar invitando al béisbol cubano, pero ya puedo decir que hemos avanzado más en ese sentido. Nos faltaba el visto bueno de los organizadores, en este caso la liga puertorriqueña, porque la inclusión de un quinto equipo siempre conlleva una inversión económica extra y nada despreciable. El presidente de la liga ya me confirmó que tienen la disposición y están en condiciones de hacerla. Incluso, ya la carta de solicitud está redactada y en cuanto regrese a Santo Domingo la enviaré a las Grandes Ligas (MLB) para que se presente al Departamento de Estado, como hicimos para que Cuba pudiese estar aquí hoy», explicó Puello.
El directivo confesó que no puede esconder sus emociones por la asistencia cubana a esta edición. «Para nosotros, Cuba nunca se fue de nuestro hogar, que es su hogar, el que ayudó a fundar. De hecho, eso siempre lo hemos tenido presente a la hora de hacer las exaltaciones al Salón de la Fama del béisbol caribeño», añadió.
Puello es uno de los tantos que sueña con que, lo más pronto posible, el béisbol cubano vuelva a ser parte plena de la CBPC, y que tenga, como el resto de sus miembros, la posibilidad de organizar una versión del certamen caribeño. «No quiero ligar la política con el deporte, porque eso sería como mezclar agua y aceite. Pero inmediatamente que se levante el cerco económico de Estados Unidos, con el cual no puedo estar de acuerdo, claro que sería posible. ¿Se imaginan regresar al estadio del Cerro, donde nace todo esto? Sería grandioso. Volver allí debe ser algo apoteósico», sentenció.
Sin lugar a dudas, todos coinciden en la justeza de ese reclamo, no solo por la condición de fundador de estas lides, sino además por la calidad demostrada del béisbol cubano, tanto en sus torneos domésticos como en la arena internacional. «El tema de añadir un sexto equipo a la competencia depende no solo de lo económico, sino también del aspecto competitivo. Yo conozco casi todos los estadios donde se juega béisbol en el Caribe, excepto los de Cuba, que lo más pronto posible espero recorrer. Y les puedo asegurar que ni el béisbol de Nicaragua, ni el de Panamá, ni el de Colombia, tienen la calidad del que exhiben las naciones que están aquí representadas. Por eso es que por ahora no podemos traer a un equipo que rebaje la calidad de la Serie del Caribe», argumentó Puello.
En otro momento del intercambio, el directivo quisqueyano se refirió a varios retos que deberá enfrentar la Confederación, como un posible reajuste en la programación del certamen caribeño que propicie la participación de las principales figuras de cada nación, así como a las medidas a tomar para evitar la cada vez más creciente migración de peloteros caribeños hacia ligas asiáticas.
Sobre el reciente Acuerdo Invernal firmado con la MLB, Puello explicó que fue un proceso traumático en el que prevaleció la ley del fuerte frente al débil. «Logramos un convenio por cinco años con la posibilidad de extenderlo por dos más. Tiene sus luces y sus sombras, pero prefiero esperar unos dos años para poder evaluarlo en su justa medida. Entre las cosas positivas está que podremos estar unos siete años con un poco de tranquilidad, tanto los directivos, como los jugadores», sentenció.