Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

El kárate baja su telón

La Copa Cerro Pelado celebrada en la Escuela de Combate Ramiro Chirino puso fin al ciclo competitivo del kárate cubano en el actual año

Autor:

Julieta García Ríos

Pocas peleas pusieron en tensión al público, escaso por cierto. Pero esa captó la atención. La imagen del padre me estremeció. Él, un gordo inmenso con cara de bonachón, nervioso por lo cerrado del combate buscó que las miradas coincidieran y con sus dedos dibujó una petición: una patada a la cabeza. Su muchacho, Elián, tiró, marcó y se fue arriba en la puntuación. Pero su oponente se impuso con otra técnica igual. No hubo tiempo para revancha, lo tres minutos habían terminado.

El marcador quedó 7-11. Ni Elián Bravo ni Jan Carlos del Puerto –el vencedor- fueron ganadores de la división de los 60 kilogramos, pero ambos pelearon con garra.

Con ternura el padre abrazó a su «samurái»; sabe que hizo lo mejor. «Desde los cuatro años lo acompaño a todas las competencias, creo que solo nos falta competir en la Isla de la Juventud», me dijo. Calculo que Elián tenga 17.

La conexión padre-hijo, la pasión por el deporte, los esfuerzos que lleva entregarse a una disciplina deportiva  me remonta a una etapa anterior de vida. Entonces también vestía karatei y me deslumbraba la marcialidad del equipo nacional, sus trajes impecablemente blancos, su superioridad técnica…

Siento nostalgia de esos tiempos y en las gradas mi sentir se hizo más evidente. Era la Copa Cero Pelado que ponía fin al calendario competitivo de nuestros karatecas en el presente año. Sin embargo, lo que vi en la Escuela de Combate Ramiro Chirino, me desconcertó. Hubo combates aburridos, lentos, en los que la amonestación de los árbitros obliga a entrar en pelea. Faltan las fintas, apenas logran marcar con golpes de puño, las técnicas de piernas son escasas y muchas veces se tiran fuera de distancia y tiempo. Hay una tendencia por realizar proyecciones, de modo que los agarres abundan y en el cuerpo a cuerpo pasan más de los dos segundos reglamentados, pocos derribos son efectivos.

Soy testigo de cuanto empeño ponen los entrenadores de la selección nacional Francisco García Almenares y Eliécer Peñalver, pero no me explico por qué en algunos casos no se nota la diferencia entre sus atletas y los «de la calle». Incluso en esta Copa muchos karatecas de élite quedaron sin títulos.

Alerto a tener siempre la chispa encendida y no restarle importancia al evento ni al adversario, pertenecer a la selección nacional implica compromiso, orgullo y ser un «fuera de serie».

En busca de otra mirada converso con Yusei Padrón, campeón de los Juegos Panamericanos de Winnipeg 1999: «Pienso que hay condiciones físicas, que el equipo tiene potencialidad, pero falta combatividad, deseos de pelear. Hay que poner el corazón en esto. La táctica está fallando. Este es un deporte de pensamiento, hay que analizar cada fallo. No avanzas si sales de aquí y te enajenas con el reproductor de música y no vuelves a conectarte con el kárate hasta el día siguiente que vienes a entrenar. Hay que desayunar, almorzar y comer kárate. Los muchachos de hoy tienen mejores condiciones que las que tuve yo y deben aprovecharlas».

—¿Qué está fallando?, pregunto a Francisco Pérez Rivero, presidente de la comisión de Arbitraje de la Federación Cubana de Kárate.

—Desde el punto de vista técnico creo que los atletas deben perfeccionar las fintas, que le saque el punto al oponente con un buen contraataque.

«Los juveniles deben perfeccionar los golpes jodan (a la cara, cabeza y cuello)». Lo dice porque lo reglamentado es un toque, porque cuando el golpe es excesivo, en lugar dar puntos, se vuelve una amonestación.

Pita viene pitando

La división de los 60 kilogramos fue la de mayor participación. Se presentaron diez atletas y excepto Listmar Licea (28 años y del equipo nacional), todos son muy jóvenes y vienen bien. Pero hay entre ellos uno que sobresale: Juan Carlos Pita.

Cuando se para en el yogai conquista al público. Tiene garra para pelear y sabe mantener el control. Se le ve ecuánime. Con la vista clavada en el oponente analiza cada acción, marcial en sus movimientos lleva el uniforme con un encanto, con una gracia que estoy segura que hará historia. Quedó segundo de su división, pero fue un oponente difícil para todos, incluyendo a Listmar Licea y Maikel Noriega, ambos de la selección nacional.

Resultados:

Femenino

División 50 kg

Oro: Doralvis Delgado López (La Habana)

Plata: Mailín Millé  (La Habana)

Bronce: Ismaray Rocher (Matanzas) y Laritza Torres (La Habana)

División 55 Kg

Oro: Elizabeth Vasallo (La Habana)

Plata: Yaneisi Góngora (Granma)

Bronce: Baurelis Torres(La Habana) y Marianek Miñoso (Matanza)

División 61 Kg

Oro: Zaidelis Figueredo Nápoles (La Habana)

Plata: Yanet Franquiz Martínez (La Habana)

Bronce: Esnaidis Zamora Martínez (Granma) y Sunilda Bentosa(La Habana)

División 68 kg

Oro: Cirelys Martínez León (La Habana)

Plata: Leidis Pardillo (Matanzas)

Bronce: Marián Laura Baró (Matanzas)

División +68 kg

Oro: Yoandra Moreno (Holguín)

Plata: Danay de la Caridad Ríos (La Habana)

Masculino

División 60 kg

Oro: Listmar Licea Hill (Las Tunas)

Plata: Juan Carlos Pita (La Habana)

Bronce: Marol Torres (La habana) y Maikel Noriega (Villa Clara)

División 67 Kg

Oro: Edgar Martín (Santiago de Cuba)

Plata: Wuani Mbossa (Congo)

Bronce: Leodán Hernández (Camaguey y David Álvarez (Matanzas)

División 75 kg

Oro: Yenger Lázaro López Baró (La Habana)

Plata: Léster Zamora Suazo(La Habana)

Bronce: Jasier Justiz (Santiago de Cuba) y Manuel Alejandro Delfín (Sancti Espíritus)

División 84 kg

Oro: Deinni Pelayo Muñoz (Santiago de Cuba)

Plata: Damián Novo Hernández(LA Habana)

Bronce: Lázaro Chapmam (La Habana) y Juan Pablo Galbán

División +84 kg

Oro: Jander Guillermo Tiril (Guantánamo)

Plata: Hanser Orozco (Matanzas)

Bronce: Hanoishi Fernández (Matanzas)

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