En el mismo instante que sonaba el famoso cañonazo de las nueve de la noche en la capital cubana, la ciudad sudcoreana de Daegu acogía los disparos de los mejores balistas del momento, presentes en el XIII Mundial de atletismo. El cubano Carlos Véliz ganó un boleto hacia la gran final, merced a un tiro de 20,24 metros, un poco alejado de la marca requerida (20,60), pero suficiente para pasar como el décimo mejor ubicado.
Solo siete hombres sobrepasaron el registro exigido entre los inscritos en los dos grupos en pugna. Véliz ancla noveno en el ranking de la actual temporada con 21,40 (tope personal), aunque no se ha mostrado estable por encima de los 20,50.
En el Mundial pasado no accedió a la disputa de las medallas, pues quedó en el lugar 24 de la etapa clasificatoria, con 19,62. No obstante, el holguinero de 24 años podrá aportar nuevos dígitos a la causa cubana este viernes a las seis de la mañana, aunque tendrá que ir a la batalla decisiva con el cañón rebosante de pólvora si pretende incluirse entre los ocho primeros.
Al cierre de esta edición la jabalinista cubana Janet Cruz estaba fuera de la final, pues su lanzamiento de 56,73 metros no rozaba siquiera la marca clasificatoria de 61.