Yipsi Moreno anhela que el próximo agosto sea superior a todos los que ha vivido. Foto: Getty Images Para Yipsi Moreno González la actual temporada atlética tiene matices diferentes. Yo diría que extraordinarios, pues espera convertirse en madre cuando llegue agosto, precisamente unos días antes de que comience en Berlín el XII Campeonato Mundial de Atletismo.
Buena parte de sus más inolvidables actuaciones han sido durante el octavo mes en distintos años. Los chinos tienen el ocho como número de la suerte y ella anhela que el próximo agosto sea superior a todos los que ha vivido.
«Será varón y se llamará Abdel, como su padre. El momento de parir será la medalla de oro más importante de mi vida», exclamó con alegría en el Estadio Panamericano de La Habana, durante una jornada de los III Juegos del ALBA.
«A partir de entonces tendré una motivación inmensa para enfrentar después la recta final de una carrera deportiva llena de satisfacciones, y también de privaciones, ¿por qué no...?», comenta y me deja intrigado con su sonrisa pícara.
Esta bella mulata camagüeyana de 29 años asegura que ha vivido solo para el deporte. «Durante mucho tiempo he estado lejos de mi familia y he dejado a un lado la adolescencia y la juventud, incluso he renunciado a muchas cosas para alcanzar mis sueños».
Quizá haya disparado el martillo más de un millón de veces desde que arrancó su carrera en la Escuela de Iniciación Deportiva (EIDE) de su terruño. Por cierto, primero quiso ser balista o discóbola. Precisamente aquellos años marcaban el despegue de la modalidad que luego Yipsi abrazó para siempre, captada por el entrenador Raúl Abreu.
Escarba entre sus recuerdos más entrañables y rememora aquel 7 de agosto de 2001, cuando ganó su primer título mundial en Edmonton, Canadá, con marca de 70,65 metros. Asimismo, tiene presente la plata que consiguió en la cita del orbe de Helsinki 2005, también en agosto, con disparo de 73,08 metros.
Y, por supuesto, no olvida los subtítulos olímpicos conseguidos en dos agostos diferentes: Atenas 2004 (73,36 metros) y Beijing 2008 (75,20 metros), después de haber anclado cuarta en Sydney 2000. «El oro olímpico me ha sido esquivo, pero siento orgullo de que las ganadoras tuvieron que extremarse para superarme. Nunca me rendí», sentenció.
Se transforma en la «Jaula»La presencia en la «jaula» de lanzamientos es todo un espectáculo no premeditado. Gestos y movimientos se repiten hasta un final donde gritos endemoniados y manotazos en el pecho presagian que el martillo caerá bien lejos.
«La preparación psicológica es vital para mí. Incluso ante un estadio lleno me siento sola y visualizo cada movimiento hasta la perfección. Conozco cómo es cada momento de la competencia», explica.
Reconoce que solo se desconcentró en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, donde luego la vimos contrariada a la hora de subir al podio. «Comencé a llorar después del segundo tiro y me restaban otros cuatro. De pronto sentía que iba a defraudar la confianza que el pueblo cubano había depositado en mí y aquello me aplastaba.
«Salí con la premisa de ganar. No tenía otra opción y ese fue mi gran error, porque cuando la preparación es buena uno debe encarar la competencia sin prisa y los resultados salen. La desesperación es punto de partida de grandes fracasos», agrega con firmeza.
Yipsi atesora envidiables registros que la mantienen en la élite, con tope personal —y récord nacional— de 76,62 metros. Este llegó el 9 de septiembre del pasado año en Zagreb, Croacia.
Paciencia AsiáticaDesde hace años, Yipsi es conducida por su entrenador Eladio Hernández. «Ese hombre es un padre al que nunca le he faltado. Hemos tenido alguna que otra desavenencia, pero reconozco sus dotes como técnico y he tratado siempre de asimilar sus consejos».
De conjunto han hecho planes para el retorno después del nacimiento del niño. «Todo será a su debido momento y sin apurarme, porque una lesión puede cambiar las cosas».
«Mi meta sería recuperarme y si en ese proceso sale un buen resultado, bienvenido será. Por el momento, no debo estar en los Juegos Centroamericanos y del Caribe del próximo año en Mayagüez, Puerto Rico», adelantó. Sin embargo, piensa que a los 32 años podría asistir a sus cuartos Juegos Olímpicos, en Londres 2012. «Allí tal vez llegue el momento de decir adiós».
Yipsi no posee la figura de muchas martillistas en el mundo, quienes lucen demasiado corpulentas y hasta obesas. ¿Cómo se explica ello?
«Soy muy técnica. También me ha ayudado mucho esa “guapería” de los cubanos, porque no nos gusta perder en nada».