La policía de Palm Bay, en Florida, que respondió al llamado de una oficina de gestión de la propiedad, se llevó la gran sorpresa cuando investigaba el caso, en el que al parecer los ladrones habían entrado por el techo y dejaron documentos esparcidos por el suelo.
Habitación por habitación realizaron la pesquisa que dio como resultado que ningún papel había desaparecido y el responsable del desorden era nada menos que un mapache que se ocultaba detrás de una maceta. Ahora revisan el ático para ver si hay más «ladrones». Los agentes deben haber aprendido la lección: no hay que guiarse por las apariencias.