Reima Kuisla conducía su auto hasta el aeropuerto de Helsinki, la capital de Finlandia, por una vía donde la velocidad permitida es de 80 kilómetros por hora, pero el apurado viajero se excedió con el acelerador y llevó el carro a 103 kilómetros por hora, lo que le valió una multa. Justo, dirán todos, solo que el boleto de sanción le llegó por la «modesta» suma de 54 014 euros (unos 60 000 dólares), porque las multas son proporcionales a lo que usted gane y Kuisla es un pequeño millonario; así que también es justo…