¡Pi, pi!
Un ciego de 29 años, detenido cuando conducía ebrio el vehículo de un amigo que le acompañaba como copiloto, fue condenado a un mes de prisión y a 500 euros de multa por el Tribunal Correccional de Nancy, noreste de Francia. Al hombre que le había dejado al volante, también en estado de ebriedad en el momento de los hechos, se le ha suspendido el carné de conducir durante cinco meses. La policía se había percatado de que el auto iba muy lentamente, y zigzagueaba. «Era algo que quería hacer desde hacía tiempo; se lo dije (al compañero) y él cedió. No intento excusarme». ¡Vaya arranque de honestidad!
¡Jau, jau!Un distrito de Lima lanzó una campaña para reducir la contaminación sonora, con una ordenanza que puso los pelos de punta a los amigos de los perros: ahora no podrán tener más de dos si habitan en casas, y tan solo uno en edificios, bajo pena de multa. La norma afecta al barrio de Jesús María, donde la municipalidad registró numerosas quejas de vecinos alterados por los ladridos, que no los dejan vivir ni dormir tranquilos. ¡Hum! ¿Y no se podrá también limitar el número de vecinos escandalosos, digo yo?
«No me robes»Una brasileña temerosa de que le roben su auto decidió dejar un mensaje para un posible ladrón, en el que alerta que el estado del viejo vehículo es lamentable y no vale la pena robarlo. «Señor ladrón: por favor, no robe este coche. No tiene batería, no tiene rueda de auxilio, no tiene cricket y es un automóvil problemático. Muchas gracias por la atención», reza el cartel fijado en el parabrisas y que por el momento ha dado resultado. «Quiero evitar el esfuerzo que tendrá que hacer un ladrón para intentar robar un auto que no va a moverse del lugar», dijo Flavia Alcántara, acerca de su Fiat 147 comprado por sus padres en 1984.