Por seguridad...
La actriz brasileña de telenovelas Solange Couto pretende demandar al banco Caixa Económica Federal, porque —asegura— un guardia le hizo quedarse en ropa interior a la entrada de una sucursal en Río de Janeiro, dijo AFP. Según la artista, debió quedarse en ropa interior después de ser rechazada varias veces en el detector de metales de la puerta giratoria del banco. Primero dejó todos los objetos que podían ser detectados en el compartimiento de la puerta: el celular, las llaves, la cámara fotográfica y otros, pero al no poder ingresar, tras sonar cuatro veces la alarma «pregunté que más tenía que hacer para entrar y el guardia me respondió: “quítese la ropa”». Y ella accedió, aunque ahora se manifiesta «indignada». ¡Vaya celo policial! (y vaya obediencia la de la señorita...)
¿Y la siesta?Un avión tuvo que sobrevolar por unos 15 minutos el aeropuerto colombiano de Popayán, mientras en tierra se buscaba afanosamente al responsable de la torre de control... que había salido a almorzar. El controlador aéreo regresó a su puesto justo cuando la aeronave iniciaba el procedimiento para aterrizar en una ciudad vecina. «El controlador había anunciado que salía a almorzar, pero no se le dijo que había un vuelo en camino», explicó una autoridad. Menos mal que fue solo a aplacar el vientre. ¿Qué tal si le hubiera dado por echar una siestecita...?
HonestoUn taxista boliviano, Víctor Jiménez, se encontró en su auto una abultada cartera con más de 3 000 dólares. En ella halló una tarjeta personal de su dueño y no dudó en entregársela. Así lo hizo, y el pasajero, tras revisar el contenido de la cartera y agradecer el gesto del conductor, le ofreció la cantidad de dinero que quisiera. El honesto señor lo rechazó, pero de todos modos fue obsequiado con 100 dólares. No es su primera devolución: ya en otras ocasiones ha entregado a sus propietarios carteras, bolsos y hasta un bebé que una joven trató de dejarle en el auto como «garantía», pero él la alcanzó cuando ella trató de darse a la fuga. ¡Bravo, Víctor!