Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Sin máscaras, ni concesiones

JR conversa con la actriz y cantante Gretel Cazón, cuyo segundo CD, Como la alondra, acaba de obtener dos nominaciones a los premios Cubadisco 2023

 

Autor:

Sergio Félix González Murguía

Pasión y trabajo constante son dos conceptos que podrían describir a la perfección a Gretel Cazón. Esos dos ingredientes siempre maridan bien, pues son garantía de éxito para cualquier empeño creativo. Hablamos de una artista que ha conquistado diversas ramas de las artes escénicas cubanas: desde el teatro, hasta la música, pasando por el teatro musical, así como la dirección y conducción de espacios televisivos.

De los profesores que la ayudaron a formarse en las escuelas de arte extrajo lo mejor, empezando por la maestra María Eugenia Barrios, quien le enseñó el amor por la música bien hecha y la exigencia. Esas actitudes las complementó con las enseñanzas de actuación de su profesor Ariel Bouza, quien le inculcó la curiosidad y el interés por la multiplicidad de registros, desde escribir un guion, poner unas luces o dirigir una puesta en escena.

Y a eso se ha dedicado Gretel Cazón: sencillamente ha hecho arte y entrega lo mejor de sí para emprender un viaje que le permita conectar con su público y brindarle parte de su esencia. Eso precisamente es Como la alondra (Producciones Abdala, 2023), su más reciente producción musical que acaba de ser nominada a los premios Cubadisco 2023 en las categorías de Canción y Diseño gráfico.

«Es un álbum que hace un recorrido por América. Empieza en la mañana, con unos sonidos más cálidos y termina en la noche, en la madrugada, para ponerse más romántico, íntimo. Por eso no podía faltar el bolero, maridado con otros géneros que pertenecen a la música popular de Latinoamérica», asegura la intérprete, quien además defiende el carácter minimalista, transparente y sencillo del novedoso fonograma.

—¿Cómo diseñó ese viaje que propone en este material?

—En esa curaduría fue esencial Gastón Joya como productor y Jorge Rodríguez, repertorista con mucha experiencia de trabajo. El disco es como una serenata en una fiesta latinoamericana que tiene muchos sonidos, matices, sin perder el toque romántico, por supuesto. Para eso elegimos las cuerdas pulsadas, porque la guitarra y la voz son primarios en la génesis de la canción en Latinoamérica.

«En casi todas las zonas del continente, muchas personas, a veces sin estudios musicales, tienen una guitarra o un instrumento de cuerda pulsada y lo utilizan para enamorar, festejar, cantar sus tristezas: es el instrumento del pueblo, los trovadores y los románticos, y por eso decidimos que este fuera un material con esa característica íntima, apelando a la raíz, al folclor, a lo trovadoresco.

«Tengo la dicha de que me acompañen grandes intérpretes, empezando por el laúd del maestro Barbarito Torres, la guitarra clásica de Carlos Ernesto Varona, Héctor Quintana y Nam San Fong con la guitarra eléctrica, el trío Los Embajadores, entre otros. Es un álbum que tiene joropo, canto guaraní, tonada chilena, tango y varias vertientes del bolero y la canción.

«Soy una cantante cubana y,  por ende, soy una orgullosa cantante latinoamericana, y este homenaje a lo que somos como cultura lo he asumido también como un viaje para seguir expandiendo la mirada musical que ha incluido versiones de Sindo Garay, Agustín Lara, Osvaldo Farrés, César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez y muchos otros que son parte de la banda sonora de mi vida».

Una musa cubana

Gretel Cazón se define como una creadora romántica, bohemia y un alma antigua. «Hay algo en Esther Borja, Bola de Nieve, Luis Carbonell, Rita Montaner, Libertad Lamarque, Javier Solís, que me envuelve e influye en parte de lo que soy como artista», asegura la también actriz del teatro y la televisión que, tras una notable carrera en esos medios, también en el teatro musical, halló en el recogimiento que impuso la pandemia el impulso para interpretar canciones de diversos autores, incluso grabar sus propios fonogramas.

El primero fue Rumba azul (Producciones Abdala, 2021), donde la artista interpreta obras del repertorio musical cubano de grandes figuras como Ernesto Lecuona, Rodrigo Prats, Marta Valdés y Amaury Pérez. «Quería interpretarlas desde esta época, para las personas de mi generación, también para los que las recordaban de generaciones anteriores, incluso para los más jóvenes. Trabajé con Gastón Joya y con su visión desde puntos de vista del jazz, con elementos populares de la contemporaneidad».

Todas esas canciones, Cazón las comparte con su público en conciertos en vivo, así como giras dentro y fuera de Cuba que realiza en formato de trío con las Musas Cubanas —voz, percusión y piano— y que las llevó recientemente a ofrecer una serie de presentaciones en México, lugar donde tuvieron una gran aceptación del público y la crítica. La actriz y cantante conecta con sus audiencias, pues muestra su verdad y la emoción que acompaña al género canción. «No puedo cantar una canción que no entienda o interiorice antes de una manera inmediata y natural. Lo que canto es algo que estoy diciendo, como si lo actuara, lo que con determinadas melodías y trazados de notas musicales que responden a una emoción.

«Cuando hablamos o cuando actuamos, en cierta medida, utilizamos la cadencia de la música y cuando cantamos empleamos las significaciones de lo que estamos diciendo y las emociones de las notas que se están emitiendo en ese momento, por lo que no podría desligar la actuación de la interpretación musical», asegura la artista cuyo gusto por las artes le viene desde muy pequeña.

Hija de una profesora y de un abogado, Gretel Cazón no olvida las habituales visitas al teatro junto a su madre. «No quería ir a otro sitio: al teatro, todos los domingos. En mi casa, además, se escuchaba mucha música. Crecí rodeada de abuelas y abuelos que en celebraciones familiares escuchaban en un tocadiscos Los Zafiros, Esther Borja, Barbarito Diez, Elena Burke, la orquesta Aragón. Imagínate, eso era algo muy lindo para una niña».

Sin saberlo se iba fraguando una gran artista con una sensibilidad estética particular. Hoy, además de sus dos fonogramas producidos —su repertorio interpretativo es más extenso—, es creadora y conductora del programa A rajatablas, transmitido por Canal Habana y Cubavisión Internacional, donde entrevista a colegas de la actuación y del que ya prepara su cuarta temporada. Además, hemos disfrutado de sus personajes en telenovelas como Aquí estamos, bajo la dirección de Rafael «Cheíto» González, o , bajo la batuta de Lester Hamlet. Y su destacado protagonismo en el teatro musical, en obras como Cabaret.

Pero a Gretel aún le queda por ofrecernos mucho de su arte, de su naturalidad y sencillez humana, pero, sobre todo, de su música. «Siempre he hecho lo que he pensado que está bien. Por supuesto, uno va madurando, aprendiendo, pero sin dejar de ser fiel a uno mismo y a lo que a uno le gusta. La música que hago es, justamente, la que quiero compartir contigo porque también cuenta parte de lo que soy. Rumba azul y Como la alondra son eso, un motivo para presentarme tal cual soy, sin máscaras ni concesiones».

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