La piel de Rosalí en Irene

Termina la telenovela, pero aún en la calle y dentro de los hogares son temas de conversación sus conflictos, se comenta sobre aquellas verdades de las familias cubanas que no son tan evidentes hasta que salen en las pantallas de nuestros televisores. Uno de sus personajes fue el de Irene, una veinteañera estudiante de Cibernética el cual llamó la atención al público.

De seguro una gran cantidad de muchachas se vieron reflejadas al ver como intentaba lidiar con su madre, representada por Yudexi de la Torre, al mismo tiempo que se recuperaba de un terrible accidente que tuvo mientras discutía con ella; o al conocer a su padre y hermanos que hasta ese momento creía inexistentes. Interpretado magistralmente y de manera verosímil por Rosalí Suen, Irene no dejó indiferente a nadie.

Llegó a Los hijos de Pandora después de trabajar en la serie Promesas. A pesar de tener solo 21 años ha participado en otros reconocidos espacios dramatizados juveniles como 10Lxs, primera serie cubana producida exclusivamente para las redes sociales, estrenada en YouTube y ya con dos temporadas muy exitosas. Asimismo hace un año forma parte del prestigioso grupo Impulso Teatro, agrupación fundada por el ya fallecido actor Alexis Díaz de Villegas, con la cual ha podido asistir a Festivales Internacionales de esta manifestación artística y así alcanzar cada día mayor destreza en sus interpretaciones.

Sobre su experiencia en esta reciente telenovela dirigida por Ernesto Fiallo y algunos de sus más importantes proyectos futuros nos habla en esta entrevista exclusiva para Juventud Rebelde.

-¿Fue difícil para ti interpretar con realismo todos los conflictos de Irene?

-Vivir en constantes discusiones es fuerte para cualquier ser humano. Y más cuando viene provocado por la persona que más amas en el mundo y que te dio la vida. Fue duro, pero no difícil. De hecho entre escena y escena Yudeixis y yo nos teníamos que abrazar. Tuve a mi lado todo el tiempo a grandes profesionales y estaré siempre muy agradecida.

-¿Cómo te preparaste para ello?

-Tengo una amistad cercana que vivió algo parecido. Lo que a diferencia de esta, ella hasta se fue de provincia. Quise reflejar la inteligencia, terquedad y fuerza de voluntad que tiene ella (mi amiga), sin dejar de lado la sensibilidad y vulnerabilidad con que reacciona Irene, porque al fin y al cabo es una muchacha de 20 años, universitaria, que no ha podido vivir ni experimentar nada por estar entre cuatro paredes. Es un contraste que tuve presente todo el tiempo.

-La lucha contra el racismo es otro de los temas medulares para Irene ¿Cuán importante crees que fue tratar en la televisión nacional este tema?

-Cuesta creer que a estas alturas, este sea un tema del cual haya que hablar todavía. Y mientras más me informaba más me convencía que aún nos queda mucho por evolucionar. Claro que fue y es importante. Por ello agradezco tanto formar parte de la línea argumental que toca este tema.

-Estudiar teatro y actuación te ha dado herramientas para ser mejor profesional, pero poder observar la realidad que te circunda te pudo haber brindado elementos también para conformar tu personaje ¿Nos pudieras hablar de este proceso?

-Claro. El teatro me dio elementos físicos importantísimos para el personaje. Y la realidad del día a día, me hizo poder comprender lo que sentía Irene. El hecho de yo poder disfrutar de tantas cosas, de caminar, de relacionarme, de vivir al máximo, hizo que le imprimiera la nostalgia de no poder hacerlo a la psiquis de ella.

-A pesar de no ser el personaje protagónico Irene ha atraído mucho al público ¿Pensabas mientras filmabas que esto iba a suceder?

-La verdad no es algo que me planteé. Nunca pensé en atraerlos, sino que se interesaran por el mensaje que tenía para ellos. Para mi felicidad así fue. Ha habido muchos jóvenes, padres y hasta adultos mayores que se me han acercado a agradecerme y a contarme parte de su vida, como si yo fuera una psicóloga. Me contaron historias similares, parecidas y hubo una en la que mis ojos no pudieron disimular asombro. La realidad a veces supera la ficción. Infinitamente agradecida con el público cubano de aquí y de cualquier parte del mundo.

-Los hijos de Pandora es una telenovela con un excelente guion y personajes bien estructurados ¿Crees que este sea uno de los factores por lo cual este producto audiovisual le haya gustado tanto al público?

-Por supuesto. De hecho desde que la leí supe que estaba en presencia de un buen guión. Tiene 50 capítulos bien cerrados, con no muchos personajes y tramas bien concentradas. Todos son importantes de alguna manera. Y hasta el más pequeño de todos tiene algo necesario que decir.

-¿Qué nuevos proyectos tuyos podremos ver en pantalla próximamente?

Bueno, no puedo revelar mucho. Pero hay algo relacionado con la tercera temporada de Calendario.

-¿Nos pudieras hablar sobre tu participación en los escenarios?

-Fuera de cámaras ha sido un año cargado de teatro. Pertenezco a Impulso Teatro hace un año, con el ya he hecho dos obras: Balada del pobre BB y hace poco La Excepción y la regla, ambas de Bertolt Brecht y dirigidas por quien fue mi maestro, director y mentor Alexis Días de Villegas. Con la primera fuimos a dos festivales internacionales, uno a Milán Italia, donde obtuvimos el primer premio de la popularidad que otorga «Il Teatro Nudo» di Teresa Pomodoro; y a Caracas, Venezuela al primer Festival de teatro progresista.