El trovador Tony Ávila amenizó la presentación del libro Las vidas que tengo, de la colega Alina Perera Robbio. Autor: Roberto Suárez Publicado: 21/09/2017 | 06:47 pm
Si la sensibilidad inteligente pudiese nombrarse de varios modos, si la razón con alma pudiera tener otros motes, también la llamaríamos Alina Perera Robbio. Así pensamos quienes la conocemos. Y lo defendemos a ultranza y con capricho; no por chovinismo ni exageraciones del amor (que son las más permitidas), sino porque ella enseña en cada letra que la esencia cubana va en todo y es de todos, y hay que contarle y cantarle.
Este es un libro dedicado al pueblo de Cuba, dice Alina al presentar todas sus existencias. Las vidas que tengo es el título de un texto que, publicado con exquisitez y cariño por la Editora Abril en alianza con Juventud Rebelde, compila todo el sentimiento que poco a poco nos ha ido regalando esta periodista «juventudrebéldica», pero ahora reunido en un volumen que lo intenta agrupar.
Alina lo mira todo de cerca y lo traduce para quien está lejos. Sufre y ama como nadie, como comentó Antonio Moltó Martorel, presidente de la Unión de Periodistas de Cuba en la presentación del volumen, acontecida este martes en la casa de esa organización.
Hacen falta en este mundo cronistas como Alina, que nos tejan lo imposible con sus sueños y delicadezas. Que nos hagan más humanos y tiernos en medio de la locura y el agravio, comenta desde el prólogo de este compendio el periodista José Alejandro Rodríguez, quien defiende que Alina es la misma muchachita inquieta y delgada que asaltó la redacción de JR con una proverbial garra para contar desde el corazón. Con esa misma garra invitamos a la lectura de este banquete para el alma.