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La fuerza que el barrio necesita

Como acicate en el empeño de tener la organización que precisa la Cuba de hoy, asume Santiago de Cuba la condición de sede nacional del cumpleaños 64 de los Comités de Defensa de la Revolución

Autor:

Odalis Riquenes Cutiño

Santiago de Cuba.— Literalmente, han tomado un hospital. Allí donde la plantilla incompleta de auxiliares de limpieza puede empañar la higiene, llegan con brazos, escobas y lo que haga falta.

Vienen desde diferentes barrios de la urbe santiaguera y hasta de otros municipios, y apoyan lo mismo en la chapea y limpieza de áreas verdes que en el acarreo de escombros, la entrega de donativos de frutas e insumos a las diferentes salas… o traen consigo una tropa de payasos para hacer brillar los ojitos de infantes por largo tiempo ingresados y relajar tensiones entre los galenos.

Desde hace unos cuatro meses, los Comités de Defensa de la Revolución (CDR) en Santiago de Cuba han tomado el hospital infantil norte Doctor Juan de la Cruz Martínez Maceira, en amorosa intervención que, de conjunto con empresas e instituciones del territorio, materializa una iniciativa de la máxima dirección política y gubernamental de la provincia y apuesta por transformar todo lo que amenace el funcionamiento, la organización y la calidad del servicio sanitario.

Presidentes de CDR, coordinadores de zona y dirigentes de la masiva organización a todos los niveles se desdoblan cada semana en esta hermosa misión, que demuestra cuánto puede hacer «la tremenda fuerza revolucionaria» del pueblo —como le definiría Fidel en el acto fundacional de la organización— en la solución de los problemas que cercan nuestra cotidianidad.

Tras los nuevos latidos del barrio

«Nos tocó un hospital pediátrico, y aunque hemos acogido la tarea con la entrega y sensibilidad que conlleva, todavía estamos muy lejos de lo que una organización tan poderosa en recursos humanos como la nuestra puede dar; de ahí que nuestro desafío es organizarnos mejor para, más que criticar las diferentes situaciones que se puedan presentar allí, con el concurso popular conseguir la transformación de la Ondi, como se le conoce a este hospital, a pesar de las dificultades».

Quien así se expresa es Joel Paz Pérez, el joven coordinador de los CDR en Santiago de Cuba, una provincia que conquistó la condición de Vanguardia en el trabajo cederista en el país y será la sede del acto nacional por el nuevo aniversario de los CDR, este 28 de septiembre.

Habla Paz Pérez desde el sentido de pertenencia hacia una organización que, a punto de cumplir 64 años de fundada, mantiene la retadora misión de defender la Revolución desde cada cuadra, y aspira a consolidar los propósitos que le dieron vida, mientras atempera su accionar a las necesidades de la Cuba actual.

El barrio de hoy sabe de los crudos rigores del bloqueo y sus secuelas de precaridad material, y ha visto partir a muchos de sus vecinos. En cuadras y comunidades conviven la solidaridad y la apatía; la urgencia de argumentos y las manipulaciones en redes sociales; el aporte y la crítica, y en ese espectro de intereses, tan diverso como su membresía, toca a la organización cederista pulir su funcionamiento para desatar las potencialidades del barrio.

Por eso, con el mismo fervor con que sostiene misiones históricas como la vigilancia revolucionaria, en el quehacer cederista santiaguero se habla de apadrinar un hospital; de la caldosa solidaria, preparada con el concurso de todos para apoyar la alimentación de quienes tienen menos recursos; de activistas para la organización de las colas en el cajero o la farmacia, del apoyo al ancianito que vive solo o al escolar que incumple con sus deberes.

 Ahí está la huella de una organización que busca latir a la par de las comunidades y sus necesidades, sin que haya conseguido sacudir la modorra y la inercia de no pocas de sus estructuras.

Defensa de la caldosa

Solo un funcionamiento eficiente y el desarrollo de líderes comunitarios que sean bujía inspiradora pueden encauzar la verdadera participación popular, de manera que, como la caldosa —sin duda, símbolo de la organización— continúen defendiendo las tradiciones del barrio y sosteniendo sus transformaciones.

Joel Paz Pérez lo enfatiza con la misma pasión de cuando, aún veintiañero, siguió los pasos de su padre, con una amplia trayectoria como dirigente de zona, y se inició en las labores de conducción de los CDR en su natal Segundo Frente.

En el último período de trabajo, refiere, la oriental provincia ha dado impulso a tareas de siempre, como las donaciones de sangre, la limpieza y embellecimiento de cuadras y comunidades, la recogida de materias primas, el ahorro energético y la labor preventiva, que da prioridad al apoyo a los trabajadores sociales en la atención a los hogares vulnerables, entre otras problemáticas.

«Hemos conseguido un fuerte movimiento popular en relación con las donaciones voluntarias de sangre, que ha permitido a la provincia no solo cubrir sus necesidades, sino incluso aportar solidariamente a otras, un logro alcanzado con el aporte unido de todos los sectores y organizaciones de la sociedad, como acostumbramos acá.

«También ha ganado en trascendencia la recogida de materias primas, una tarea de los CDR casi olvidada, que hoy estamos recuperando y que ya exhibe un buen efecto, pues en un mes, por ejemplo, logramos acopiar unas 13 toneladas, lo cual nos ha valido el reconocimiento nacional.

«Igualmente, se contribuye desde los barrios a la producción de alimentos, al calor del movimiento popular de la agricultura urbana, suburbana y familiar, que bajo la exhortación Cultiva tu pedacito, ya tributa a la mesa desde patios, parcelas y placas.

«Pero para nada estos resultados nos hacen vanagloriarnos ni sentirnos satisfechos. Solo nos incentivan a seguir haciendo en pos del mejor funcionamiento de una organización que se renueva cada día.

«En el ejecutivo provincial y en las estructuras municipales hay conciencia clara de las deudas que tenemos con el funcionamiento. Aun cuando hemos conseguido una incorporación a la organización de más del 95 por ciento (95 de cada 100 santiagueros mayores de 16 años respaldan la Revolución desde nuestras estructuras), también tenemos presidentes que no son capaces de motivar creativamente la participación de esa masa cederista en función de las tareas.

«Es preciso encender la motivación en cada comunidad y lograr, desde un funcionamiento eficiente, que todo el mundo se involucre, participe. Ahí está la garantía de sostener lo alcanzado y la verdadera participación popular en torno a Cuba».

Celebración y convocatoria

Con el empuje de sus logros y desafíos, la oriental provincia celebrará este 28 de septiembre, a las 7:30 de la mañana, en la emblemática intercepción de Trocha y Carretera del Morro, el acto nacional por el aniversario 64 de los CDR.

La convocatoria es a expresar el masivo respaldo a la Revolución y a reconocer, desde el orgullo, a todos aquellos que han aportado, significó el coordinador en tierra santiaguera. «El reconocimiento por este resultado que hoy muestra la provincia tendrá que llegar a aquel que puso su brazo para asegurar las 3 000 donaciones de sangre que aportamos cada mes; al que cogió un machete y chapeó el entorno de su edificio, a quienes hoy apoyan en el importante proceso de rendición de cuentas que estamos realizando; a quienes no descuidan la vigilancia y trabajan para que en la bodega del barrio no sucedan delitos, a los que hoy organizan las colas… en fin, a ese cederista que tuvo su momento de participación. Y también debe servir como acicate, convocatoria, para aquellos que aún no se suman».

 Solo un funcionamiento eficiente de la organización puede desatar la participación popular en los barrios, asegura Joel Paz Pérez, coordinador provincial de los CDR en Santiago de Cuba. Foto: Tomada del sitio web del periódico Sierra Maestra

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