Fidel y Lázaro Peña en el XIII Congreso de la CTC. Autor: Juventud Rebelde Publicado: 21/09/2017 | 06:32 pm
La Habana. — Cuba recuerda este miércoles el aniversario 113 del natalicio del líder obrero Lázaro Peña (1911-1974), infatigable defensor de las reivindicaciones económicas y sociales del proletariado de la isla y el mundo, reportó Prensa Latina.
Nació en La Habana el 29 de mayo en una familia pobre. Como cualquier niño, tenía un sueño: ser violinista. Sin embargo, debido a su situación como hijo de una despalilladora de tabaco y huérfano de padre, tuvo que empezar a trabajar desde muy temprana edad. A lo largo de su vida, se destacó como miembro activo del clandestino Partido Comunista desde los 18 años, participando en actividades sindicales y promoviendo lemas antimperialistas. Más tarde, se convirtió en un líder maduro que unió a los trabajadores cubanos en sus luchas.
En 1973, asumió la dirección de la Confederación de Trabajadores de Cuba, fundada en 1939. Su prestigio y labor trascendieron las fronteras de la nación caribeña, contribuyendo incluso a la fundación de la Confederación de Trabajadores de América Latina y la Federación Sindical Mundial. Blas Roca, un dirigente político, elogió su capacidad para movilizar a las masas de manera sencilla y natural, ganándose la autoridad, la honradez y la admiración de todos, incluso cuando comenzaba con la oposición en contra.
Su contemporáneo, el intelectual Juan Marinello, destacó el asombroso equilibrio entre su determinación, empatía, energía y su sonrisa. Lázaro, insistió, fue una manifestación precisa y suprema de nuestro ingenio popular, intransigente en la aplicación de los principios.
El Poeta Nacional Nicolás Guillén también enfatizó la finura, delicadeza y verdadera cortesía que el líder sindical demostraba al presidir un debate, aclarando conceptos hasta su esencia, sin ofender a nadie, lo que le permitía dirigir la discusión con una mano de hierro en un guante de seda.
A menudo, cuando se menciona a Peña, surgen referencias a su papel en el movimiento obrero y sindical; sin embargo, su defensa de los trabajadores se extendió a todos los sectores, incluyendo a los músicos y cantantes.
Tania Castellanos, su compañera de vida, destacaba su sensibilidad, su habilidad para combinar lo social y político con lo estético, económico y artístico, y cómo los artistas del filin buscaban su orientación política para sus letras.
Aquellos que lo conocieron recuerdan, entre sus enseñanzas, el valor que otorgó a la negociación colectiva como herramienta para mejorar las condiciones laborales, la mejora de los líderes obreros y el diálogo con los trabajadores.