Discriminación. Autor: Falco Publicado: 22/05/2023 | 09:12 pm
SANCTI Spíritus — La historia de la Humanidad contada desde lo femenino no es recurrente. Pero cuando rompe el silencio de un auditorio, logra robarse la atención con su protagonismo, invisibilizado mayormente, con demasiadas entregas y resultados en nuestro pasado y presente.
Sucedió así en el teatro de la Universidad de Ciencias Médicas de Sancti Spíritus. Por casi una hora, ni el movimiento natural de las pestañas hizo que el profesorado y estudiantado perdiera un instante el recorrido por la vida de esas mujeres que quedaban en el hogar al cuidado de los menores de edad y ancianos por no tener la fortaleza física para salir en busca de los alimentos. Las que sufrieron ultrajes de todo tipo por alzar sus voces a favor de derechos. Quienes quedaron en el anonimato por años a pesar de hacer aportes significativos. Quienes han dedicado prácticamente todas las horas de sus existencias a enfrentar el patriarcado hegemónico…
Por esos trazos condujo su charla la Doctora en Ciencias Sociológicas Mariela Castro Espín, directora del Centro Nacional de Educación Sexual (Cenesex) —institución que está celebrando 35 años de fundada— hasta llegar a la Cuba revolucionaria, donde la voluntad política ha ponderado al ser femenino por sus verdaderos valores.
Sin embargo, expresiones culturales ancladas en la hegemónica ideología patriarcal aún nos obligan como nación a denunciar muestras de violencia contra grupos históricamente vulnerables: las mujeres y quienes rompen con la heteronormatividad y las masculinidades estandarizadas, bajo estigmas de discriminación e inequidades.
«Sin una mirada crítica no podemos transformar con un sentido emancipador. No podemos desconocer nuestras realidades. Cambiar las palabras e incorporarlas no resulta suficiente. Hay que modificar las culturas», aseguró la experta como pie para introducir una de las aristas de mayor peso en el diálogo.
A teatro lleno se suscitó el encuentro sobre derechos y afectos. Foto:Francisco Rodríguez
Mariela resaltó como dos grandes logros de esta Isla en su afán por construir un mejor país, la aprobación
de la Constitución de la República, en 2019, y el Código de las Familias, en 2022. «A nivel de derecho constitucional se reconocen las pluralidades familiares. Todo es resultado de esfuerzos, del diálogo especializado y popular, porque ambos documentos fueron aprobados por la mayoría de nuestro pueblo».
La ley no se transforma por sí sola
Los asistentes a la charla afirmaron la trascendencia de contar con una Constitución que dibuja con trazos firmes las pluralidades del país, y ver cómo el resto de las normas se atemperan a sus postulados.
Mas, no basta con la existencia de leyes para desterrar expresiones que legitiman la ideología patriarcal. «En Cuba hemos logrado muchísimo,
alegó Yuleiski Moré Arma, asesor jurídico del Cenesex. Pero, para poder aplaudirlo, tenemos que hacerlo carne y sangre dentro de cada uno de nosotros. El Código será efectivo cuando no tengamos que hablar de homofobia, transfobia, lesbofobia… Cuando vivamos en una sociedad donde la diversidad nos haga personas más bellas y mejores. Nadie debería tocar en nuestra institución en busca de asesoría legal porque le vulneran sus derechos. Tenemos que hacer vivo el lema que por tres años será la bandera a enarbolar en las Jornadas contra la homofobia y transfobia: Por todas las familias el amor es ley».
El Código puso en igualdad de condiciones a todas las personas. Aumentó la protección y cuidados de la infancia. Protege mejor las adolescencias, incluso con la extensión de la edad legal para oficializar el matrimonio. Reconoció los derechos de las personas LGTBI. Validó a los cuidadores, la gestación solidaria, y colocó los derechos y afectos por encima de toda otra consideración.
Así lo describió la Directora del Cenesex, en una sucinta valoración tras ocho meses de su entrada en vigor, y razonó que ya se han casado más de 800 parejas del mismo sexo, por tanto ese aspecto no resultaba un capricho, sino una necesidad.
Por más respaldo legal
Otra preocupación que surgió del auditorio espirituano buscó respuestas en las garantías a los menores de edad víctimas de bullying en escenarios
escolares por romper con los estereotipos construidos por grupos hegemónicos.
«Es una inquietud grande que tenemos —respondió la Directora del Cenesex—. Hace varios años estamos viendo cómo trabajarlo. Dedicamos dos años de las Jornadas contra la homofobia y transfobia a ese tema. En el caso de la escuela, es un espacio que debe ofrecer protección, donde se debería aprender sobre convivencia, a no discriminar, y adquirir principios éticos fundamentales, el sentido de solidaridad. No deberían existir esas malas experiencias, mucho menos en las primeras edades, donde no hay capacidad emocional para enfrentar situaciones tan complejas».
Por ello, insistió en la sensibilización, capacitación y educación en temas de género. «Estamos preparando un proyecto con la universidad pedagógica Enrique José Varona para realizar un diagnóstico en un municipio de la capital sobre cómo se trabaja el programa de educación sexual, para identificar silencios como resultado de prejuicios. A la par trabajamos en un proyecto para hacer lo mismo en las escuelas pedagógicas de La Habana y extenderlo a otras provincias.
«En el caso de las carreras pedagógicas y de las de Ciencias Médicas, se culminan cursos de materias optativas para una formación integral sobre tópicos que permitan a futuros profesionales trabajar adecuadamente y ayudar a las personas que lo soliciten por casos de violencia, discriminación, bullying…».
Al conocer dichas iniciativas, Cristian Marlon García, educando de segundo año de Medicina, insistió en estos intercambios como vía mejor para construir una sociedad más equitativa y emancipadora. «A la juventud siempre se nos debe tener en cuenta, porque somos presente y futuro de la nación», recordó.
«Hemos logrado muchas cosas. Por eso hoy hablamos de celebración, pero lo más importante es ser consciente de cómo mantener lo logrado. Cómo desarrollarlo y cómo trabajar en lo que va quedando. Ese es el desafío permanente de quienes conducimos los procesos de la educación integral de la sexualidad», recalcó Mariela Castro Espín.