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A pesar del bloqueo, la economía cubana es viable y puede desarrollarse y prosperar

Sobre los daños del bloqueo norteamericano contra Cuba comentó Carlos Fernández de Cossío, Director General a cargo de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores, durante la tercera jornada del II Foro Empresarial Cuba 2021

Autores:

Iveett Valdés
Ledys Camacho Casado

«A pesar del efecto indiscutiblemente abrumador del bloqueo, de su impacto incuestionable en el nivel de vida de los cubanos y sobre nuestras potencialidades de avanzar, la economía del país es viable y cuenta con capacidades para desarrollarse y prosperar. De no existir esa política las posibilidades serían notablemente mayores».

La afirmación la hizo este miércoles Carlos Fernández de Cossío, Director General a cargo de Estados Unidos en el Ministerio de Relaciones Exteriores (Minrex), durante la tercera jornada del II Foro Empresarial Cuba 2021, al señalar las afectaciones del bloqueo económico, comercial y financiero impuesto a Cuba.

«Esas medidas unilaterales, coercitivas y extraterritoriales —dijo— constituyen una limitación real para el desempeño y desarrollo de la economía cubana y sus efectos son pronunciados; además de frenar considerablemente la inversión foránea y el comercio con este país antillano».

Argumentó Fernández de Cossío que los números y estadísticas son elocuentes para describir el impacto del bloqueo contra la economía de esta nación caribeña. «Hasta el año 2020 y a precios corrientes a causa de esa política se acumuló un costo para Cuba de más de 140 000 millones de dólares. Se trata de una cifra apreciable para cualquier economía, además, solamente en el último año el impacto asciende a cerca de 5 600 millones de dólares», denunció.

Igualmente se refirió el funcionario del Minrex a los impedimentos que pone el bloqueo para que Cuba exporte cualquier artículo hacia Estados Unidos (salvo muy raras excepciones que requieren licencias).

Tampoco se nos permite importar insumos para las industrias y servicios, bienes de consumo, medicamentos, equipamientos para  tratamientos médicos, tecnologías, ni ningún producto desde el país norteño (con excepciones para algunos alimentos y bienes agrícolas), agregó.

Mencionó las consecuencias negativas del carácter extraterritorial del bloqueo como el encarecimiento de los costos en la adquisición de productos de toda índole.

«El sector financiero —explicó— también se ve afectado por la prohibición del uso del dólar en cualquiera de las transacciones, lo cual provoca que Cuba incurra en gastos extraordinarios por tasas de cambios y conversión de monedas para poder concretar operaciones comerciales de pago.

«Se persigue, amenaza y sanciona a entidades financieras que operen con nosotros, eso hace que el acceso a créditos, la capacidad de realizar pagos y cobrar servicios o exportaciones resulte altamente costoso para el país», puntualizó.

Se añaden a la lista de daños del bloqueo, arreciado hasta niveles sin precedentes durante la administración Trump, las afectaciones al transporte marítimo, el turismo y, más recientemente, el suministro de combustibles.

«Por la naturaleza abierta de la economía de la Mayor de las Antillas esta precisa del comercio exterior y durante estos años lo hemos expandido y diversificado, si bien está vedado para nosotros el mayor mercado del mundo. A pesar de las limitaciones del bloqueo hemos logrado atraer y concretar inversión extranjera, al menos unas 300 empresas tienen hoy capital invertido en Cuba», subrayó Carlos Fernández de Cossío.

Por otro lado, el foro también acogió un panel sobre las oportunidades de los empresarios cubanos residentes en el exterior para concretar negocios e inversiones en el territorio nacional.

Al respecto, Ernesto Soberón Guzmán, Director General de Asuntos Consulares y atención a cubanos residentes en el exterior del Minrex, precisó que es un momento muy favorable para que continúen consolidándose las relaciones con los connacionales que viven allende las fronteras de la Isla antillana.

Ellos tienen cada vez mayor interés en participar en los procesos de desarrollo socioeconómico de Cuba, y en ese sentido se abren nuevas oportunidades, por ejemplo la aprobación de proyectos de menor monto de inversión para el desarrollo local, así como la posibilidad de ser partes de las mipymes, subrayó.

También reiteró que no existen limitaciones para que los cubanos que residen fuera del país inviertan aquí. «Ahora estamos conociendo sus intereses, que están centrados en el sector agrícola, el desarrollo de las pequeñas y medianas industrias locales, el impulso de negocios vinculados a los servicios, y, en general, proyectos que contribuyan a dinamizar la economía territorial y nacional».

La jornada tuvo su epílogo con el panel acerca de las potencialidades de las formas de gestión no estatal en las actividades de comercio exterior.  

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