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Los nuevos actores económicos se insertan con todas las competencias en el tejido empresarial cubano. Autor: Tomada de Cubadebate Publicado: 14/10/2021 | 09:35 pm
Si bien la economía cubana sigue pasando por problemas serios de liquidez, y el bloqueo sigue intacto con sus más de 240 medidas sin variar ni un ápice, estamos entrando a una etapa gradual de recuperación, con una diversificación del tejido productivo.
Así lo aseguró el vice primer ministro y titular de Economía y Planificación, Alejandro Gil Fernández, durante una conferencia de prensa celebrada este jueves en el Centro de Prensa Internacional, en la que reiteró que 2021 es un año de grandes restricciones, pero también de muchas transformaciones.
Igualmente, señaló que entramos en la etapa de recuperación paulatina con una mayor flexibilización de los actores económicos y una amplia participación de los emprendimientos estatales y no estatales como mecanismo de impulso para salir de la compleja situación en que nos encontramos.
Recordó que en 2020, comparado con el año precedente, la economía perdió unos 2 400 millones de pesos, asociados fundamentalmente al recrudecimiento del bloqueo y a la presencia en el segundo semestre del año de la COVID-19, con un impacto sobre todo en el turismo y actividades económicas y sociales. Eso condujo en 2020 a una contracción en el producto interno bruto que casi roza el 11 por ciento (10, 9 por ciento).
«Es una caída fuerte. Con un impacto en la vida diaria de los cubanos. Hemos estado atravesando un 2021 en condiciones muy complejas también. Con un rebrote de la COVID-19 que frenó el turismo que ahora reabriremos».
Aludió que en el plan de la economía que se presentó a la Asamblea Nacional en diciembre pasado, el país se propuso alcanzar 2,2 millones de visitantes internacionales, pero no fue posible. Eso llevaba una apertura gradual de las fronteras, antes de la fecha actual prevista, y la economía ha estado enfrentando situaciones similares a las vividas en 2020.
El titular de Economía y Planificación también explicó que en 2021 el país tuvo unos 500 millones de dólares menos de lo ingresado en divisa en 2020 en fecha similar. «O sea que si fuerte fue el año pasado, el actual no deja de ser parecido, porque la comparación con igual fecha tiene implícito que en el primer trimestre de 2020 no teníamos COVID-19. Por lo tanto hubo un desempeño más normal de la economía, pues en todo este año hemos estado enfrentando el rebrote de la pandemia y la contracción de la economía».
En ese sentido comentó que estamos entrando en una fase gradual de la recuperación, gracias al control de la pandemia que viene experimentándose, debido al esfuerzo que han hecho nuestra comunidad científica y los médicos. Y a los resultados que se aprecian por la vacunación que pone al país en mejores condiciones para que así sea.
No podemos crear falsas expectativas —acotó— porque una caída de la economía, en el entorno del 11 por ciento, no se recupera a corto plazo, pero el país sí tiene el propósito y están creadas las condiciones para reiniciar.
Asimismo, subrayó que para avanzar se han hecho transformaciones de fondo en el funcionamiento y diseño de la empresa estatal socialista, que es el sujeto económico principal. También en el sector privado, con una flexibilización del trabajo por cuenta propia.
Se abrió el espectro de los proyectos en el sector privado —precisó—, lo que significa que no tiene que ser una sola actividad la que se realice para otorgar las licencias. Y también ya se dieron los pasos para la constitución de las primeras micro, pequeñas y medianas empresas (Mipymes). Y la ampliación de las cooperativas no agropecuarias.
Comentó, además, la aprobación de un grupo importante de Mipymes; y significó que sistemáticamente se están haciendo las evaluaciones en el Ministerio de Economía y Planificación de todo lo inherente a este modo de gestión, que llegó para empujar parejo a los demás actores económicos. Sin límites de tiempo para su aprobación y con la posibilidad de que se aprueben todos los emprendimientos que cumplan con el diseño de política aprobada por el Gobierno.
«Ya hay 67 Mipymes que no provienen de reconversión. Eso quiere decir que además de las reconvertidas, también se están aprobando otras que no proceden de un trabajo previo. Son nuevos emprendimientos», remarcó.
Asimismo, destacó lo que se está haciendo para la diversificación del tejido productivo del país. La adopción de medidas transformadoras y de gran calado en la empresa estatal fue estimada por Gil Fernández como esencial para salir de la difícil situación e ir rumbo al desarrollo.
«Ya hay más de 60 empresas estatales que iniciaron el proceso de retribución a los trabajadores sin la obligación de aplicar la escala salarial. Esa era una de las medidas que más distanciaba en autonomía al sector estatal del no estatal», precisó.
Anunció que de manera gradual se irán incorporando otras empresas estatales a ese mecanismo, de forma tal que funcionen con un sistema de gestión más autónomo, flexible y de mayor oportunidad, para que la empresa retribuya a sus trabajadores estableciendo distinciones entre quienes ocupan similares cargos, pero se diferencien en su desempeño por su aporte.
También en la empresa estatal se ha hecho algo que el Ministro llamó una innovación cubana: la micro, mediana y pequeña empresa estatal. Lo que según él echa por tierra la concepción de que para que ciertas actividades ganen en flexibilización y dinamismo debían pasarse del sector estatal al privado.
Ya, según dijo, hay cuatro de ese tipo, una de ellas se dedicará al comercio exterior para gestionar necesidades de pequeñas cantidades del sector estatal y no estatal, en aras de buscar más flexibilidad y agilidad en las contrataciones.
Prioridades
El titular de Economía y Planificación se refirió en varios momentos de su intervención a la necesidad de reanimar la economía para de manera paulatina recuperar los niveles de abastecimientos a la población de productos que por casi dos años han escaseado, como alimentos y medicamentos.
Mencionó entre las prioridades en las que el país está centrado en medio del complejo escenario, la lucha contra una inflación que golpea a la población de manera brutal. Dijo que combatirla lleva medidas muy técnicas, pero también hay que apelar a la ética, porque no estamos en un país donde se salva el que pueda.
«Hace falta incrementar la oferta, que por estar muy por debajo de la demanda es el catalizador fundamental de este fenómeno. Pero también la responsabilidad social y la ética pueden combatir la inflación. Se debe convocar a todos los actores de la economía a sumarse a esta batalla, eliminando toda conducta de aprovechamiento criminal», indicó.
Otra prioridad en la que el país trabaja, según explicó Gil Fernández, es la sostenibilidad del sistema energético nacional, la cual afecta la vida diaria del pueblo y la economía.
Debido a las dificultades que presenta la generación, una serie de actividades, como la producción de cemento y acero, han tenido que detenerse para minimizar los efectos negativos que pueden causar en la población los problemas de generación y otros asociados al sistema energético.
«Estamos gastando entre 60 000 y 65 000 toneladas de diésel mensualmente para poder respaldar la generación. Eso no baja de 50 y 55 millones de dólares», afirmó.
También como asunto prioritario de la economía se refirió a la atención que se está ofreciendo a los vulnerables y a comunidades. Estimó que ofertarles empleo a las personas con desventajas sociales que puedan trabajar es una solución que permite pasar de lo asistencial a la oferta de oportunidades.
En tal sentido, comentó que las Mipymes han creado cerca de 3 000 empleos, y entre enero y septiembre se han generado 200 000 en el país.
Recordó que en el año 2022 y hasta 2026 entramos en la segunda etapa del plan de desarrollo económico y social, el cual se divide en tres etapas. Advirtió que en la primera no se pudieron lograr todos los objetivos propuestos, porque no se modeló concibiendo la COVID-19, pero la que sigue, si se trabaja bien, permitirá obtener resultados.
