Teniendo «a la vista» un listado de 13 productos seleccionados —o sea, una parte, no todos— de los que la industria alimentaria debía poner en 2019 «una cantidad “X”» en el mercado nacional, se incumplió el plan en nueve de ellos, desde harina de trigo a aceite vegetal, cervezas, yogurt de soya...
El año anterior, y el que va de este, ha sido difícil, los alimentos industrialmente procesados —y los otros también— han sido menos en bodegas y mercaditos; tanto en CUP como en CUC, debido al bloqueo del Gobierno de EE. UU. contra el pueblo cubano.
Pese a ello, «y en las circunstancias que sea, tenemos que entregar más alimentos a la población», señaló el titular del Ministerio de la Industria Alimentaria (Minal), Manuel Santiago Sobrino Martínez, durante el balance de la gestión de esa cartera en 2019 y las proyecciones para 2020, en el que brindó los datos comentados arriba.
El mandatario cubano, Miguel Díaz-Canel Bermúdez, participó del recuento, al que también asistieron el Vicepresidente de la República, Salvador Valdés Mesa; el presidente de la Asamblea Nacional, Esteban Lazo Hernández; el secretario general de la CTC, Ulises Guilarte de Nacimiento; el vicepremier Jorge Luis Tapia Fonseca y José Ramón Monteagudo Ruiz, miembro del Secretariado del Comité Central del Partido, entre otras personalidades y responsables de otros ministerios.
Manos industriosas
Con el incremento salarial aprobado al sector presupuestado en el segundo semestre de 2019, los trabajadores del Minal tuvieron un alza en el salario medio mensual por encima de los 300 pesos, para situarse en el entorno de los 786 pesos mensuales.
Los ingresos del sistema empresarial se cumplieron según lo previsto, aunque las utilidades no. Tampoco llegaron a la meta, aunque se acercaron bastante, las exportaciones e ingresos externos. Y las inversiones se fueron por encima de lo planificado, algo bueno —aunque no suficiente—: es conocido el esfuerzo que hace el país para recuperar esta industria.
Al informarse sobre las direcciones estratégicas de trabajo del ministerio, se conoció que en la inversión extranjera se constituyeron nuevas empresas mixtas, hubo una prórroga y se firmo un contrato de asociación económica internacional. En resumen, en el sector existen 14 negocios con inversionistas foráneos y se avanzó en el proceso de elaboración y aprobación de directivas y fichas de oportunidad de proyectos en cartera.
Se trabajó además en el incremento y diversificación de las exportaciones y sustitución de importaciones. En cuanto al Programa de desarrollo hasta el año 2030, se informó que la proyección del ramo comprende acciones que permiten restituir gradualmente la producción industrial de alimentos, la que con enfoque de cadena productiva prioriza —además de los tres objetivos anteriores—, la vinculación con los polos productivos y con la industria nacional, y un gestión integrada de calidad e inocuidad, ciencia y medioambiente.
Modernizar, encadenar, innovar
En el resumen del balance de trabajo del Minal en 2019, Díaz-Canel señaló que el sector ha de trabajar por brindar más ofertas a la población, de forma tal que pueda resolver necesidades y expectativas de nuestro pueblo, y contribuir al equilibrio financiero interno colocando mayores, mejores y más variados productos en la circulación mercantil minorista.
Para lograr esto —explicó— es necesario aprovechar las 28 medidas para impulsar la empresa estatal socialista, lo que incluye —en este caso— generar encadenamientos con el sector agropecuario —productor primario de alimentos—; la industria nacional —que puede aportar a la alimentaria piezas, equipos y maquinarias—; la entidad no bancaria Finatur —cuyo fondo «revolvente» permite a acceder a financiamientos—; y con la Zona Especial de Desarrollo Mariel y el Turismo: al vender a ellos las entidades productivas se quedan con una parte de la liquidez en moneda libremente convertible para desarrollarse y estimular a los productores.
El Presidente cubano llamó así a fortalecer, perfeccionar y modernizar la industria alimentaria nacional y hacer ciencia e innovación en ella. Eso es —dijo— pensar como país.