En la histórica Universidad de La Habana, símbolo de rebeldía nacional, se realiza el balance de la UJC como parte del proceso orgánico del 11no. Congreso de la organización juvenil Autor: Maykel Espinosa Rodríguez Publicado: 07/06/2019 | 04:20 pm
¿Qué nos falta como organización para aglutinar a todo el universo juvenil? ¿Qué me aporta ser militante de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC) y cuál puede ser mi contribución? ¿Cómo se eliminan la apatía y la desmotivación que todavía nos queda en algunos sitios? Esas fueron tres de las muchas interrogantes que animaron el debate durante la asamblea de balance de la UJC en la Universidad de La Habana, como parte del proceso orgánico del 11no. Congreso de la organización juvenil.
Allí, los delegados afirmaron que esta ha sido una oportunidad, no solo para revisar lo hecho y mirar hacia adelante, sino para «conectarse» con el universo juvenil. Además, se pronunciaron por perfeccionar el funcionamiento de la organización hacia adentro y consolidarla como vanguardia, pues por mandato constitucional tiene el deber de contribuir a la formación de las nuevas generaciones y promueve su participación en la edificación del socialismo.
Para lograr esos objetivos la UJC tiene que «enamorar», atender y sumar a todos los jóvenes a los proyectos de la organización, traspasar los muros universitarios y acercarse a la comunidad, aseguró Karla Santana, quien añadió que urge también buscar espacios más atractivos pues la mejor manera de luchar contra el mal es hacer el bien, y eso lo ha defendido siempre la organización juvenil.
Por su parte, Juan Carlos Imbert Mayola, quien fuera ratificado como secretario de la UJC en la Universidad de La Habana, dijo que se impone transformar la percepción de la organización en el universo juvenil, combatir la apatía y la desmotivación. El escenario económico, político y social que vivimos nos obliga a crear y crecer como organización», expresó.
Otros jóvenes insistieron en el valor de dinamizar las reuniones de base, por ejemplo, que no sean reuniones formales, sino escenarios de debate crítico y enriquecedor. Marla Susana Viera Hernández expresó que para ello urge una amplia preparación de la militancia y los dirigentes para que las propuestas se defiendan con argumentos sólidos, con compromiso y entrega.
De la consagración y el fomento del protagonismo y aporte de los jóvenes, militantes o no, al desarrollo económico y social habló Vicente Díaz, de la Facultad de Física. «Hay que tener claridad de que se trata de una organización política y eso implica en este contexto, formar parte, día a día, de las tareas fundamentales del país».
Quizá por eso, Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, aseguró que necesitamos en estos tiempos tener una juventud no solo organizada sino activa, participativa, de vanguardia. «Tenemos que revisar qué referente somos para el universo juvenil y buscar métodos novedosos para sumar a los jóvenes».
Igualmente, advirtió que el enemigo quiere una juventud enajenada, apática, descontextualizada, pero la nuestra tiene espacio y voz en la Revolución y está consciente de la postura protagónica que le toca asumir. «Por eso tenemos que trabajar para que cada joven tenga una tarea concreta desde la cual ayudar a construir, desde el presente, el futuro de la nación», dijo.
Los delegados no estuvieron solos en este encuentro. Los acompañaron como interlocutores representantes del Partido, del Gobierno y el Estado a diferentes niveles, como Miriam Nicado García, miembro del Buró Político y rectora de la Universidad de La Habana. En relación con ello, Yaima Pérez expresó que «a veces no nos damos cuenta de esta gran oportunidad que tenemos, envidiable para muchos en el mundo. Esto ha sido un «tú pa’ tú», en busca de una mejor organización y también de un mejor país».
Importante fueron también las reflexiones de Luis Antonio Torres Iríbar, primer secretario del Partido en La Habana, quien les dijo que ser comunista implica también asumir la historia de quienes han dado todo por la Revolución. «Toca a la organización convencer, dialogar, conquistar a los jóvenes, demostrarles, con tareas, por qué deben formar parte de la vanguardia juvenil. Para que haya Revolución tiene que existir la UJC», expresó.
Si algo evidenció la asamblea es que la Universidad de Fidel, el sitio donde se hizo revolucionario, cuenta con una tropa joven realmente de vanguardia, comprometida y proactiva, como dijo la Primera Secretaria de la UJC. Pero también, una juventud que condena enérgicamente la Ley Helms-Burton, denuncia los planes agresivos del Gobierno de Estados Unidos y se solidariza con el heroico pueblo de Venezuela, como se patentizó en una declaración hecha pública durante el encuentro.
Fotos: Maykel Espinosa Rodríguez