Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación. Autor: Tony Hernández Mena Publicado: 14/04/2019 | 01:16 am
El Informe sobre los avances del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030 fue el primer punto de la agenda de la Tercera Sesión Extraordinaria de la 9na Legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Alejandro Gil Fernández, ministro de Economía y Planificación, tuvo a su cargo la presentación del Informe. Señaló que en su proceso de elaboración se consideraron tres etapas como base para la proyección macroeconómica. Una cubre los años 2019-2021; otra 2022-2026, y la última 2027-2030.
El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030 (PNDES-2030) —explicó— es un documento rector que permite disponer de un instrumento para la planificación en el corto, mediano y largo plazos.
Gil desarrolló la explicación con énfasis en la primera etapa del Plan, para la que se identificaron seis sectores estratégicos: el turismo, la industria biotecnológica y farmacéutica, el electroenergético, la producción de alimentos, los servicios profesionales en el exterior y la construcción.
«El sector del turismo representa para el desarrollo económico y social del país un potencial financiero de ingresos en divisas que ejerce un efecto derrame y de arrastre sobre otras actividades económicas, como la producción de alimentos, las actividades industriales y de servicios, y al mismo tiempo contribuye a la generación de empleo en los territorios.
«Las actividades asociadas a la industria biotecnológica y farmacéutica tienen una significación de primer orden en el desarrollo de tecnologías de avanzada en conexión con los nuevos paradigmas tecnológicos y las ciencias básicas, con amplias posibilidades exportadoras que se potencian por la variedad de productos con alto contenido de conocimiento, diversificación de mercados, inserción en cadenas de valor internacionales, producción y comercialización de nuevos productos y en la sustitución de importaciones, todo ello apoyado en una estrategia productiva de encadenamiento en la economía nacional».
El «sector electroenergético constituye el soporte para la vitalidad del funcionamiento de la economía y la población en general y representa una importante proporción en la actividad económica». En esto, además, revisten particular atención las fuentes renovables de energía (FRE).
Sobre el sector productor de alimentos, explicó que «desempeña un papel fundamental en la alimentación y salud de la población, en la seguridad alimentaria y la seguridad nacional, en el abastecimiento del mercado interno», y en la satisfacción de la demanda del turismo, además de «poseer una fuerte relevancia en la sustitución de importaciones y en la generación de rubros exportables».
Con respecto a las diferentes «modalidades de servicios profesionales prestados por Cuba en el exterior en los ámbitos de la salud, educación, cultura, deporte, entre otros», expuso que constituyen un fundamento para asignar a esta actividad la capacidad de continuar incrementando los ingresos en divisas al país, al situarse entre los rubros exportables de más altos ingresos.
«El sector de la construcción —comentó a continuación— constituye el soporte de la infraestructura física y espacial de la sociedad, de la infraestructura vial, portuaria, aeroportuaria, hidráulica y sanitaria, y de los asentamientos humanos en centros urbanos y rurales».
Tras exponer la síntesis conceptual de por qué son estos los seis sectores priorizados en la primera etapa del PNDES-2030, el titular del Ministerio de Economía y Planificación (MEP) indicó que el incremento de las exportaciones en base a ellos representa más del 90 por ciento del aumento total de las exportaciones proyectadas para el año 2030, correspondiendo los aportes más significativos al turismo, el sector médico-farmacéutico, y el alimentario y agroindustrial.
En cuanto a la sustitución de importaciones, informó que estos sectores aportarán alrededor del 65 por ciento del incremento total previsto, y la mayor contribución la tiene «el sector productor de alimentos y el energético —y por supuesto la participación de las diferentes ramas de la industria nacional».
Sobre el efecto de estos seis sectores en la balanza comercial, particularmente por concepto de exportación y sustitución de importaciones, argumentó que ellos «implican más del 80 por ciento del aporte total en el comercio exterior, y contienen los rubros de mayor efecto multiplicador en el sector productivo nacional, por tanto el encadenamiento con estas actividades motrices deviene piedra angular del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030».
Con respecto a la infraestructura, otra área vital para el desarrollo, explicó que aquí el enfoque principal está en «las telecomunicaciones y la informática, el transporte y la logística, y las redes hidráulicas y sanitarias, con el objetivo de acortar las brechas existentes de infraestructura que tenemos y superar el nivel de descapitalización actual con una ampliación y modernización de los sistemas y las tecnologías.
Estos tres elementos tienen un doble impacto: de cara a la población por los servicios que se prestan y de cara al sector productivo. En este último sector tienen gran relevancia las telecomunicaciones y la informática, y dentro de ellas, la variable de la automática, tanto para el desarrollo como para enfrentar los problemas demográficos, como la baja tasa de natalidad y el envejecimiento poblacional, que conllevarán a una disminución en la disponibilidad de fuerza de trabajo.
Las inversiones —argumentó al respecto— deben tener un mayor componente tecnológico y crear empleos con alto valor agregado, de calidad, aprovechando el talento y la formación de capital humano que hay en el país.
Un trienio desafiante y prometedor
Estudios Revolución.
Al hacer un perfil de la primera etapa (2019-2021) del PNDES-2030, la que ya transcurre, el Ministro de Economía y Planificación señaló que en ella enfrentamos fuertes restricciones financieras, incluido atrasos en el pago de algunas deudas que impiden el adecuado funcionamiento de la economía y la consecución de los créditos que están previstos en el plan, así como disponer de nuevos suministros de proveedores a los cuales se les debe.
También se enfrenta un ineficiente cumplimiento del proceso inversionista. No solo los niveles de inversión en los últimos años están por debajo de lo planificado, además de eso —expuso Gil Fernández— no siempre se garantiza que las inversiones puedan amortizarse con su propio rendimiento.
Es «algo que la economía tiene que resolver». Cuando pedimos «un financiamiento externo para invertirlo en una fábrica, en una industria, en cualquier sector productivo, lo hacemos sobre la base de que esa inversión genere exportaciones o la sustitución de importaciones —o sea, ahorro—, o niveles de actividad que permitan que con su propio rendimiento se pueda devolver el financiamiento». No está ocurriendo de esa manera.
«Un asunto importante a resolver en esta primera etapa es que todas las inversiones que incorporamos al plan de la economía bajo la base de que deben amortizarse con su rendimiento, lo tienen que lograr».
Otra limitante está en que las exportaciones no crecen con la dinámica requerida, ni se alcanzan los niveles de inversión extranjera que se demandan. Además, persiste el uso ineficiente de los portadores energéticos.
Para este año se prevé también que no se cumpla el plan de importaciones, al no lograrse concretar los créditos, debido —entre otras razones— a los atrasos en pago de deudas, a lo que se añade el agravamiento del bloqueo y del cerco del Gobierno estadounidense con el objetivo de asfixiar nuestra economía.
No obstante, señaló el titular del MEP, «para nada tenemos que cruzarnos de brazos. No renunciamos a alcanzar los niveles de actividad que están previstos en el plan de la economía 2019, a la tasa de crecimiento del PIB, aun cuando no podamos disponer de la totalidad de las importaciones previstas en el plan. Y la única manera que tenemos de lograrlo, es explotando al máximo las posibilidades internas que tenemos en el país».
Economía en el primer trimestre de 2019
Sobre el comportamiento de la economía en el primer trimestre del año, Gil Fernández informó que no se alcanzan «los ingresos en divisas previstos, pero no renunciamos a cumplir el plan de exportaciones de este año. El atraso puede ser recuperable. Hay algunas actividades que van bien, incluso con algunos sobrecumplimientos, otras están algo por debajo, pero no es imposible que este año podamos cumplir los ingresos por exportaciones previstos, y en ese sentido estamos trabajando».
También se refirió a la «compleja situación de escasez de abastecimiento de líneas económicas, fundamentales para la población, tanto en la red de tiendas como en los mercados tradicionales. Como explicó el General de Ejército en el Pleno del Comité Central, «tenemos que prepararnos para enfrentar esa situación, que puede incluso agravarse más en los próximos meses, a partir de las medidas de arreciamiento del bloqueo.
También existen déficits de fertilizantes y plaguicidas para la agricultura, y falta de financiamiento en divisas para respaldar la demanda presentada por los organismos, incluyendo la actividad de generación eléctrica y los principales compromisos de la industria y el sector productivo.
2019, El comienzo
Sobre el inicio en este año de la primera etapa del Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030, el Ministro del MEP indicó que ahora se impone realizar una serie de acciones, entre ellas buscar soluciones nacionales para respaldar las ofertas a la población (nacional —aclaró— se refiere a encontrarlas dentro de nuestro territorio).
«Soluciones en todo el país, en todos los territorios, en todas las entidades, encontrar las soluciones para enfrentar los niveles de actividad que demanda el país sin mirar para la importación, sin pensar que está en la importación la solución a lo que no podemos producir». Todo lo que se pueda producir en el país, y mucho más de lo que producimos hoy, hay que hacerlo en función de disminuir las importaciones, señaló.
También deben potenciarse «los proyectos de desarrollo local», para lo cual el MEP está trabajando una política al respecto. «Tenemos que buscar soluciones en los territorios, identificar todas las posibilidades de desarrollar estos proyectos, y que los insumos se encadenen con los recursos del propio territorio y que no dependan de importaciones».
Otras indicaciones para 2019 exigen avanzar en el autoabastecimiento municipal, y trabajar en propuestas de incentivos concretos para incrementar las exportaciones. «Tenemos que exportar más. Tenemos que identificar todas las potencialidades de los territorios». También es imprescindible priorizar los encadenamientos productivos con las actividades del turismo, la Zona Especial de Desarrollo Mariel (ZEDM) y los cruceros.
Además, se revisará en las entidades que tienen esquemas cerrados de financiamiento en divisas, el tema de las importaciones, a fin de ajustarlas a los niveles imprescindibles, e incluso reducir los coeficientes de retención que estas entidades tienen para lograr un mayor nivel de aporte a la cuenta de financiamiento central, de forma tal que se puedan priorizar los pagos más importantes y dentro de ellos las deudas.
«Hay empresas en el país que tienen esquemas cerrados en divisas, exportadores que se quedan con una parte de la divisa que generan para su propio autofinanciamiento, y esa parte con que se quedan, fundamentalmente se utiliza para importaciones», explicó en más detalle el asunto. «Todos esos esquemas los vamos a revisar de conjunto con las empresas, con el objetivo de disminuir las importaciones y buscar las soluciones a las demandas en el territorio nacional».
En 2019 también se impone, como primer año del PNDES, explicó, incorporar al plan de la economía todas las inversiones que generen con su rendimiento una mayor producción de alimentos, y las dirigidas a prospección, extracción y producción de petróleo y gas, y a las fuentes renovables de energía. (En este año, por concepto de importación de alimentos y combustibles, se erogarán más de 5 000 millones de dólares).
«Todo lo que hagamos en producción nacional de alimentos y en inversión, fundamentalmente en las FRE, es directamente sustitución de inversiones, directamente ahorro en dólares, y directamente desarrollo del país», sentenció.
El titular del MEP también anunció que se están estudiando un grupo de medidas para avanzar en el perfeccionamiento de la empresa estatal socialista, que es el eslabón fundamental de nuestro modelo económico. En ellas se concentran las mayores capacidades que tiene el país en los sectores estratégicos. «Tenemos que buscarle más dinamismo y autonomía en su gestión», enfatizó.
Al resumir la estrategia para lo que queda de 2019, Gil Fernández señaló que es en estas premisas en las que hay que concentrarse.
No debemos «pensar que en las importaciones está la solución. No cruzarnos de brazos si no llega el barco, o los insumos. Buscar soluciones hacia lo interno para dar respuesta a las demandas de la economía y no renunciar bajo ningún concepto a la tasa de crecimiento del PIB que hemos planificado».
2020, Segundo año
Para el segundo año del PNDES-2030, Gil Fernández informó que ya se está trabajando bajo varias premisas, entre ellas ajustar el Plan a los recursos disponibles y no incrementar la espiral de endeudamiento.
También, asegurar una relación favorable entre el monto de la deuda vencida y el valor corriente del Producto Interno Bruto (PIB). Y no dejar que se deteriore la relación del saldo final de las cuentas por cobrar en el exterior en relación con el valor total de las exportaciones; «lo básico no solo es exportar sino también cobrar».
Otras premisas para el 2020 son concentrarse en identificar las capacidades disponibles en términos eficientes, presentar los niveles de producción y servicio posibles a alcanzar de acuerdo con la demanda, y en consecuencia, tener claridad sobre los recursos materiales y financieros necesarios.
La prioridad en la asignación de estos recursos financieros y materiales de cara al Plan 2020 —aclaró— será a la industria nacional, básicamente para lograr el máximo aprovechamiento de las capacidades ya existentes en el país en correspondencia con el nivel de la demanda.
«Tenemos que defender la producción nacional», la industria nacional, la que además genera empleos y nos da soberanía.
A las premisas anteriores se suma el propósito de lograr el uso máximo de las capacidades existentes en correspondencia con el nivel de la demanda; incrementar las producciones con destino a la población; y satisfacer la demanda de bienes intermedios de las entidades que tributan a las exportadoras.
El Plan 2020 se dirigirá también a asegurar producciones y servicios dirigidos a satisfacer la demanda de la economía interna, fundamentalmente lo referido a la producción de alimentos, el transporte, la informatización de la sociedad, la vivienda y los medicamentos.
Otra premisa es garantizar el encadenamiento productivo entre las entidades que componen los procesos productivos, articulados según sus capacidades, y siendo inclusivos con la inversión extranjera directa y las formas de gestión y de propiedad no estatal.
En el proceso de planificación para el venidero año se trabaja además en una estrategia para que en su elaboración participen las entidades, las empresas y las unidades empresariales de base, a fin de que puedan identificar todo su potencial para exportar más, sustituir importaciones, encadenarse.
Confianza en el hoy y el mañana
Cuba, la Revolución Cubana, ha estado constantemente bajo el asedio imperial. Llevamos 60 años de resistencia, y también de desarrollo en una espiral difícil, escabrosa más que sinuosa. Los tiempos que se avecinan siguen siendo retadores, pero cada desafío nunca es igual, ni tampoco nuestra capacidad para resolverlos, que siempre es mayor —gústele a quien le guste y pésele a quien le pese.
Sobre la presente etapa y el nuevo capítulo de cerco contra la Isla, el Ministro de Economía y Planificación señalaba que hoy contamos con muchas otras fortalezas para enfrentar la situación. He aquí una lista que dio:
—Tenemos un desarrollo de la actividad turística y su infraestructura hotelera.
—Un desarrollo de la industria biotecnológica, con gran potencialidad.
—Una mayor diversificación de las exportaciones.
—Hemos crecido en capacidades constructivas, redes hidráulicas, transporte y comunicaciones.
—Seguimos avanzando en la estrategia de informatización de la sociedad.
—Tenemos un potencial para sustituir importaciones, fundamentalmente en alimentos y combustibles, entre otras no menos importantes.
Todos «estos elementos, y otros tantos no mencionados —explicaba Gil Fernández— permiten aseverar que seguiremos trabajando con pasos firmes en el enfrentamiento y solución a las adversidades presentes y futuras».
El Plan Nacional de Desarrollo Económico y Social hasta el año 2030 es un instrumento aún en construcción, inacabado, pero dialéctico. Es, sin embargo —como decía el Ministro— una excelente hoja de ruta que nos señala cuál es el camino y como ir desbrozándolo.