SANCTI SPÍRITUS.— La utilización del heberferón, fármaco contra el cáncer de piel de tipo basocelular, ha logrado resultados satisfactorios en el servicio a la atención primaria de salud en esta provincia, considerada a nivel nacional entre las de más reportes de casos con esa anomalía cutánea.
De acuerdo con el doctor Vladimir Sánchez Linares, especialista en dermatología, el uso del fármaco en los policlínicos espirituanos ha sido una fortaleza, porque es en estos centros donde mayor número de pacientes pueden ser asistidos.
En Sancti Spíritus, pionera en el país en los ensayos clínicos del referido medicamento, se validó que, terminado el tratamiento con heberferón, desaparecía clínicamente el tumor, y desde el punto de vista dermatoscópico el resultado era negativo. Asimismo, en aquellos casos en los que se obtuvo una respuesta parcial se redujo la enfermedad, y al continuar en un segundo ciclo tuvo lugar la curación completa. En otros casos se posibilitó una cirugía menos agresiva.
Más de 40 pacientes espirituanos se han tratado con el heberferón en lo que va de año, y aunque el cáncer de piel de tipo basocelular aparece por lo general en mayores de 40 años, su incidencia ha aumentado en el mundo, sobre todo en personas jóvenes.
Sánchez Linares explica en cada una de sus consultas que el fármaco es una opción terapéutica más, especialmente para personas de la tercera edad que no pueden someterse a una gran cirugía.
Añadió que se indica particularmente para tratar el carcinoma basocelular en estadios avanzados, sin otra opción terapéutica, como complemento de la cirugía y en casos donde la intervención quirúrgica pueda generar deformidades o mutilaciones en orificios vitales, como la boca, los ojos, las orejas y la nariz.
Aunque resulta doloroso, se les insiste a las personas atendidas no abandonar el tratamiento, en el que se utiliza, por cada paciente, 27 frascos, con un valor cada uno de 360 pesos.
El heberferón se aplica mediante la infiltración alrededor de la lesión, tres veces por semana, durante igual número de semanas consecutivas. Se brinda un seguimiento posterior durante unos cuatro meses y, de ser necesario, se llega a un segundo ciclo de aplicación.