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Las alertas de Fidel están vigentes

El 6to. Pleno del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas, que sesionó este sábado en la capital, analizó minuciosamente su labor y la de las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, en la prevención y enfrentamiento a las indisciplinas, las ilegalidades, las conductas negativas asociadas al consumo de sustancias tóxicas y frente a la subversión política e ideológica

 

Autor:

Yuniel Labacena Romero

Aquellas memorables palabras de Fidel en el Aula Magna de la Universidad de La Habana, el 17 de noviembre de 2005, cuando alertaba que, a pesar de los esfuerzos de todos estos años, podíamos perder la Revolución nosotros mismos, si no somos capaces de resolver nuestros problemas, volvieron a despertar la inquietud de los participantes en el 6to. Pleno del Comité Nacional de la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC), que la víspera sesionó en la capital.

Parecían dichas ahora mismo, al ser evocadas nuevamente en el Centro de Convenciones de Cojímar, cuando la UJC, las organizaciones estudiantiles y los movimientos juveniles hacían un profundo análisis de su labor en la prevención y enfrentamiento a las indisciplinas, las ilegalidades, las conductas negativas asociadas al consumo de sustancias tóxicas y frente a la subversión política e ideológica.

Tales flagelos, como expresó nuestro Comandante en Jefe, sí pudieran hacer reversible el proceso revolucionario a partir de fallas en el escenario interno. En tal sentido, hay que destacar que la vanguardia política juvenil emprende diversos métodos y formas el combate contra esas nocivas conductas y hechos que, por reiterados han llegado a convertirse en «normales» en más de un sitio.

Según el Informe presentado por Diosvany Pérez Reyes, miembro del Buró Nacional de la UJC, y como también apuntaron varios asistentes al Pleno, en los últimos tiempos se han abierto nuevos frentes de agresión que estimulan por diversas vías conductas ajenas al proyecto social que construye Cuba, y ello demanda de la reflexión y actuación concreta de nuestros niños, adolescentes y jóvenes.

Se dijo que, si bien se evidencia la realización de muchas acciones encaminadas a la prevención y el enfrentamiento, con el objetivo de disminuir la incidencia de estos fenómenos, todavía persisten problemas como la falta de información y de gestiones que respondan a la solución de las causas que propician estos hechos. Las estrategias y los planes aprobados no siempre reflejan los problemas reales del lugar donde se actúa, y en ocasiones el formalismo predomina en el abordaje de los temas de estos fenómenos.

En opinión de Yisel Hernández Barrios, del Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí, el combate frontal contra las indisciplinas, la corrupción, las ilegalidades, así como la prevención del consumo de sustancias tóxicas no puede ser una tarea más. Todos los días tenemos que pensar cuánto más podemos hacer para cambiar esta situación.

«Para ello urge aprovechar las investigaciones científicas, las estadísticas, las historias de vidas. Tenemos que llegarles a nuestros jóvenes con argumentos y ejemplos concretos para que comprendan el porqué no queremos esa realidad para ellos, y cómo la pérdida de valores éticos y el irrespeto a las buenas costumbres pueden revertirse mediante la acción concertada de todos», agregó.

Otros asistentes apuntaron que los comités de base deben discutir asuntos de esta naturaleza con la calidad, el dinamismo y la hondura que se necesita. Que no se limiten solo a evaluar si ocurrieron hechos en su radio de acción o en su sector, pues se trata de conductas que afectan a la sociedad y que requieren de la unión de todos, especialmente de las nuevas generaciones, quienes tienen que rectificar conscientemente sus comportamientos.

Esos criterios los compartió Luis Ramón Campo Yumar, de la Universidad Central «Marta Abreu» de Las Villas, cuando explicó que los espacios de debate con el estudiantado han sido una vía esencial para enfrentar estos fenómenos dentro de las instituciones educativas y en las comunidades. Pero hay que profundizar y actualizar la situación en cada escenario para trabajar mejor y no retroceder en cultura y civismo.

A dar una máxima prioridad al trabajo en las universidades, con los jóvenes artistas, científicos, deportistas y asociados a las nuevas formas de gestión no estatal, se convocó en los debates del Pleno, pues estos sectores están en la mira de los enemigos de la Revolución, como táctica para desestabilizarla y destruirla, en una etapa de nueva guerra no convencional.

Susely Morfa González, primera secretaria del Comité Nacional de la UJC, destacó que ante estas situaciones hay que seguir conmoviendo a nuestros niños, adolescentes y jóvenes desde los sentimientos y las convicciones, utilizando para ello sus propios códigos comunicacionales. «No se trata de decir que estamos preocupados, sino de hacer cosas concretas, no mediante arengas y consignas vacías, sino sembrando en cada uno la motivación por ser mejores.

«Tenemos que influir con el ejemplo personal y preparar a nuestros dirigentes juveniles, a cada estructura de base y a cada militante, para que enfrenten, inteligente e integralmente, estas y otras complejas problemáticas que se nos presentan a diario».

En otro momento se habló de manifestaciones de maltrato a la propiedad social, el mal uso del uniforme escolar, el consumo de sustancias tóxicas y otros comportamientos indeseados entre nuestros jóvenes, que necesitan de prevención, integración, sistematicidad y  coherencia.

Al resumir los debates del importante tema, Teresa Amarelle Boué, miembro del Buró Político del Partido y secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas, exhortó a los jóvenes a utilizar su poder de convocatoria y su capacidad transformadora para movilizar a la población y a los diferentes actores de cada comunidad, en el combate frontal a las indisciplinas, que exige rigor e intencionalidad política.

La dirigente consideró imprescindible el activismo de la juventud para comprender que la Revolución cuenta con fuerzas suficientes, dijo, como ustedes, para alcanzar el éxito. Señaló que las nuevas generaciones tienen la misión de preservar y cultivar lo que hace fuerte a este pueblo. Acentuó que los jóvenes sabrán asumir consecuentemente la continuidad de la Revolución y lo harán desde su responsabilidad histórica y desde el estudio, el trabajo y la defensa.

Los 103 integrantes del máximo órgano de dirección de la vanguardia política de la juventud entre congresos también hicieron un repaso de las tareas y los hechos protagonizados por la UJC, las organizaciones estudiantiles y movimientos juveniles, durante este 2017.

Julio César García Rodríguez, funcionario del Comité Central del Partido, apuntó que existe un trabajo en ascenso y una labor más integral y transmitió la favorable opinión de esa instancia política y, en especial, de José Ramón Machado Ventura, su Segundo Secretario, porque la organización consolida su vida interna y quehacer y ensancha su presencia e influencia en todos los espacios donde están los más jóvenes.

La UJC se ha fortalecido, apuntó. Sobresalen en el completamiento y estabilidad de sus equipos de cuadros y al cierre del año con un crecimiento en 460 organizaciones de base y más de 5 500 militantes respecto a 2016, abundó. Destacó el hecho de que más de 8 000 militantes de la UJC ingresaron este año al Partido, como su organización juvenil y la principal cantera para su crecimiento.

García Rodríguez señaló que todavía hay que seguir trabajando más, afianzando procesos, actividades y acciones, y reconoció la labor desarrollada este año por la Juventud. «Nuestra militancia, dondequiera que esté, tiene que llegar, influir, sumar y contribuir a la formación martiana y fidelista de las nuevas generaciones. Hay dos caminos, socialismo o capitalismo. Lo otro es confusión. Estamos seguros de que el camino de la juventud será socialismo y antimperialismo», concluyó.

Desde la Universidad villaclareña, Luis R. Campo Yumar resaltó los espacios de debate como forma para enfrentar las indisciplinas sociales.

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