El gallo se pasa gran parte del día en el nido. Autor: Katia Valdivia Acosta Publicado: 21/09/2017 | 06:39 pm
SANCTI SPÍRITUS.— Todavía Orlando Aguilera García no sale de su asombro al recordar cuando uno de sus gallos se le vino encima mientras él recogía los huevos de su corral.
Orlando, todo un experimentado en las lides de la crianza de ese tipo de aves, como asociado del Club Gallístico Deportivo de la República de Cuba, le pareció curioso cómo el animalito evitó a toda costa que se llevara su «preciado tesoro», al punto de romper el cascarón de un picotazo.
Desde ese momento, el gallo fino asume el comportamiento habitual de una gallina cuando empolla, pues solo sale del nido para comer y regresa inmediatamente.
Aguilera García y sus compañeros del Club Gallístico en predios yayaberos jamás habían visto algo similar y, mucho menos, en un ave apta para peleas.
En la red de redes se puede conocer de dos casos publicados fuera de Cuba con situaciones similares a las del gallo espirituano, que se mantiene aferrado a su nido vacío. Se habla de la existencia de animales con ginandromorfismo bilateral, una especie de hermafroditismo en la que el sexo masculino y femenino se encuentran unido y dividido dentro del mismo individuo.
Esa rara condición genética se ha encontrado en gallos-gallinas que, incluso con cuerpo del sexo masculino, ponen pequeños huevos, ya que presentan órganos reproductivos divididos en una simetría casi perfecta.
Orlando Aguilera y el resto de la familia, residente en la calle Ciro Redondo #6, de la ciudad del Yayabo, velan el suigéneris comportamiento, que muestra con claridad los deseos de la singular ave de ser padre de todas, ¡todas!