Desde hace poco, apenas unas horas, tengo en mis manos el libro Historias secretas de médicos cubanos, del periodista cubano Hedelberto López Blanch. Escuchando hablar a su autor sobre el texto, la curiosidad me invade y comienzo a leerlo sin parar.
Mediante una compilación de testimonios, el volumen cuenta sobre las primeras misiones de los galenos cubanos que brindaron su ayuda en Argelia, Angola, Congo Leopoldville, Congo Brazzaville y Guinea Bissau, entre los años 1965 y 1976, período del que también se puede saber cómo era la situación económica, política y social de esos territorios.
Una vez que nos adentramos en la lectura, podemos conocer cómo fue la relación entre los médicos cubanos, las guerrillas y la población civil. Al mismo tiempo, de la voz íntima de los testimoniantes conocemos las vicisitudes que padecieron, el dolor por la pérdida de un compañero, el sufrimiento que acompaña al hombre durante la guerra y aun después...
Sin darnos cuenta, vamos sintiendo y viviendo esas historias, de tal modo que en ocasiones podemos imaginarnos al lado de sus protagonistas y hasta participando en la primera campaña contra la poliomelitis realizada en África.
Una honda humildad se puede respirar en estas páginas, que es la de la entrega de los médicos cubanos en distintas misiones en la tierra que es también componente y sangre de la mayor Isla del Caribe.
Con Historias secretas de médicos cubanos, el autor obtuvo en 2001 el Premio Memoria que otorga el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau. No es Hedelberto López Blanch un escritor desconocido. A su amplia labor como periodista y corresponsal en varias latitudes del mundo, se suman títulos como La emigración cubana en EE.UU., descorriendo mamparas; Bendición cubana en tierra sudafricana; y Miami, dinero sucio.
Este libro ha tenido este viernes otra presentación. Esta vez en el Museo de la Revolución y a cargo de Javier Dueñas Oquendo, director de la Casa Editora Abril. Pero lo más importante es que ya se vende en las librerías, donde usted puede adquirirlo si quiere vivir las historias de aquellos cubanos que prestaron servicio en lugares donde nunca antes había llegado un galeno. La invitación está hecha. Yo por mi parte continúo leyéndolo.