América Latina es la región del mundo con más avances en la lucha contra el hambre en las últimas dos décadas. Ocho países de la región, dentro de ellos Cuba, han logrado erradicar el hambre, mientras que otros 15 han alcanzado el primer Objetivo de Desarrollo del Milenio al reducir a la mitad la cifra de personas que sufren hambre.
Con esa reflexión el doctor Alberto Ramírez Moreno, presidente de la Federación de Avicultores de Centroamérica y el Caribe, estimuló los debates que deben suscitarse durante el XXIII Congreso Centroamericano y del Caribe de Avicultura, inaugurado este miércoles en el Palacio de la Convenciones, en la capital cubana.
Ramírez Moreno, quien preside además la Sociedad Cubana de Productores Avícolas, precisó que pese a los avances del área en su lucha contra el hambre, la desnutrición y la pobreza, la misma está atrapada en la paradoja de ser rica en recursos naturales e ineficiente en la distribución de las riquezas.
«Por esa razón se impone desarrollar de modo sustentable, inclusivo y eficiente las entidades productivas que contribuyan directamente a la seguridad alimentaria.
«El verdadero compromiso de la avicultura en la región es aportar alimentos sanos, inocuos y accesibles para todos. En aras del desarrollo de la población resulta necesario un cambio en los paradigmas de producción y distribución, pues hoy se desperdicia el 30 por ciento de la comida que se genera y se produce a nivel global», indicó.
Expresó que la situación sanitaria diverge en muchos países de la región y que debe acabar de comprenderse que las medidas sanitarias, que en ocasiones se interponen como obstáculo para el comercio, deben basarse en principios científicos y en normas, directrices y recomendaciones internacionales que no discriminen a ninguna nación, y se apliquen en condiciones similares.
«Resulta indispensable establecer un mayor compromiso con el medio ambiente en un contexto donde se le exige a los países industrializados que acepten su responsabilidad histórica, y asuman las principales obligaciones para mitigar los daños al planeta y ser más transparentes ante los tratados comerciales que han dejado a los avicultores a merced de una competencia desleal», acotó.
Emiliano Díaz López, director del Combinado Avícola Nacional (CAN), reconoció que el sector ha venido en dinámico crecimiento sostenido en los últimos años, gracias a la abnegación de sus trabajadores.
«Las condiciones para fomentar la producción en Cuba han sido complejas, estorbadas por un recio bloqueo económico y financiero que ha obstaculizado el acceso a tecnologías, vacunas y medicamentos de última generación, así como a las materias primas para la fabricación de piensos.
«Debido a esas dificultades, hace algunos años se decidió adoptar la suspensión de la producción de carne de aves debido a que resultaba más caro producirla que importarla».
Díaz López precisó que se desarrollan estrategias para dar respuestas a la demanda del país, y que la recién aprobada Ley para la Inversión Extranjera, de conjunto con otras acciones, dará oportunidades al desarrollo del sector.
Por su parte, el doctor Jorge Luis Milián, director del Instituto de Medicina Veterinaria del Ministerio de la Agricultura, estimó que la industria avícola promete ser más fuerte en la región, pero que se requiere una demanda que puede estimularse con una divulgación de las bondades que aportan las proteínas que genera el sector.
«El desarrollo de la industria avícola debe estar respaldado por las buenas prácticas de bioseguridad e inocuidad de los alimentos, y tener en cuenta los efectos del cambio climático y su relación con las enfermedades aviares», sentenció.