Accidentes de tránsito. Autor: Franklin Reyes Publicado: 21/09/2017 | 05:41 pm
Un total de 8 523 accidentes de tránsito se han registrado de enero a septiembre del presente año, los que ha ocasionado 491 fallecidos y 6 041 lesionados, provocados fundamentalmente por la falta de control del vehículo, el irrespeto al derecho de vía y el exceso de velocidad, entre otras causas.
Aunque con respecto a igual período del año anterior se reportan 27 víctimas y 366 lesionados menos, hay un incremento de 83 siniestros, lo que refleja que el actuar responsable en la vía aún tiene fisuras.
La reflexión anterior la propuso en conferencia de prensa la teniente coronel Teresa Albentosa Rodríguez, jefa del Departamento de Educación Vial y Divulgación de la Dirección Nacional de Tránsito, quien además expuso que, aunque coexistan distintas generaciones de vehículos, no siempre con las condiciones técnicas requeridas para transitar, y la misma infraestructura, es el factor humano el que incide en mayor medida en la ocurrencia de accidentes.
Se cree erróneamente que los choferes de los taxis de alquiler conocidos como almendrones son los más frecuentes responsables en estos siniestros; sin embargo son los autos con menos de cinco años de antigüedad, que representan el 6,9 por ciento del total de vehículos del país, los que mayor implicación tienen, afirmó la especialista.
«Mientras más modernos son los autos y mayor confort brindan, aumenta la confianza que les depositamos, y así excedemos los límites de protección y de velocidad en el tránsito, lo que ocurre con mayor frecuencia en el sector estatal, al que pertenece un gran número de estos vehículos», abundó.
A pesar de que son más los vehículos pertenecientes al sector particular —añadió—, el sector estatal es el responsable de más del 44 por ciento de los accidentes en la vía, registrándose en el Ministerio de Turismo, es decir, en los carros de renta, la mayor ocurrencia de estos, sobre todo cuando son manejados por cubanos del país y de otras latitudes.
Los vuelques que han tenido lugar en los accidentes masivos, por ejemplo, se deben sobre todo al incumplimiento de las normas establecidas para el transporte de pasajeros, además de la distracción y el exceso de velocidad, «lo que demuestra que somos nosotros los que todavía desafiamos la muerte a cada instante.
«El 32,6 por ciento de los fallecidos hasta la fecha son peatones, realidad que se agrava en la capital, y la mayoría tiene 70 años o más, lo que demuestra que no solo los conductores son los que determinan los accidentes con sus incorrectos comportamientos, y que la familia debe preocuparse más por sus ancianos», alertó Albentosa Rodríguez.
En nuestro país, donde la esperanza de vida es de 78 años, las edades de las víctimas oscilan entre los 20 y los 49 años, enfatiza la Teniente Coronel, situación que ilustra la pérdida de 32 años de vida como promedio de cada fallecido, con las consiguientes consecuencias desde el punto de vista familiar, social y económico, en una nación donde el envejecimiento poblacional ya es un tema recurrente de preocupación.
«En el Decenio de Acción para la Seguridad Vial, que se extiende hasta 2020, Cuba aspira a reducir a cinco su tasa de mortalidad por cada 100 000 habitantes a causa de los accidentes de tránsito, pero para ello necesita del concurso de todos en un mejor actuar en la vía.
«Las jornadas nacionales por la seguridad vial, que bajo el lema Vía a la Vida celebramos cada año, son la máxima expresión de nuestro esfuerzo constante por obtener estadísticas menos traumáticas. Del 3 al 17 de noviembre tendrá lugar esta acción por la educación y la prevención en materia de seguridad vial y con esta pretendemos sumar a todos».
Albentosa Rodríguez comentó que encuentros científicos sobre la seguridad vial y el rol de las instituciones de salud pública, el reconocimiento a conductores profesionales que no registren accidentes en su trayectoria, intercambio de experiencias con estudiantes en sus centros de enseñanza y actividades culturales en las comunidades, entre otras, serán las acciones con las que se pretende «estremecer» la conciencia individual y colectiva.