FINCA EL ABRA, Isla de la Juventud.— Un diálogo con los descendientes de la familia Sardá-Valdés, benefactora de José Martí en la finca museo El Abra, de la Isla de la Juventud, abrió el telón de la jornada por el IX aniversario de la Brigada de Instructores de Arte José Martí, en este Municipio Especial.
Los jóvenes creadores recorrieron los más de dos kilómetros que separan el Museo Municipal, lugar donde el Apóstol acudió al pase de lista dominical durante los 65 días que vivió como preso en la entonces Isla de Pinos, hasta la finca El Abra, para comenzar un apasionado encuentro con la historia.
Beatriz Gil Sardá, bisnieta de José María Sardá y Trinidad Valdés, narró a los brigadistas episodios familiares atesorados por años, relacionados con la estancia del joven Martí en la finca.
Asimismo, instó a los jóvenes, no solo a leer la vida y obra del más universal de todos los cubanos, sino también a practicar su legado.
Ariadna Cuza agradeció, en nombre de los instructores de arte pineros, la oportunidad de dialogar con la parte humana que ayudó a curar las heridas físicas y morales que marcaron la vida de Martí en presidio, al tiempo que ponderó la visión de la familia Sardá-Valdés en guardar para la posteridad ese pedacito de historia martiana.
Por su parte, Lianet Casanova, presidenta de la Brigada José Martí en el territorio, recordó que la Isla de la Juventud será la sede nacional del acto central de este IX cumpleaños, lo cual mereció por los resultados alcanzados por los brigadistas durante el verano, su impacto social y la calidad de los talleres que imparten en las escuelas y en la comunidad.