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Reparan Museo de Playa Girón

En 2010 la institución recibió a 77 580 visitantes, de ellos 40 000 extranjeros

Autores:

Hugo García
Luis Raúl Vázquez Muñoz

PLAYA GIRÓN, Ciénaga de Zapata, Matanzas.— El Museo de la Batalla de Playa Girón, en el mismo escenario donde se libraron los últimos enfrentamientos contra la invasión mercenaria, recibe un mantenimiento que abarca sus instalaciones y un grupo importante de sus piezas.

Bárbara Sierra, directora de la institución, informó que las acciones de reparación se efectúan como parte de la conmemoración de la Victoria de Playa Girón, en su aniversario 50, e incluyen el remozamiento de las salas de exhibición.

Los trabajos comprenden la conservación de fotos, pintura del inmueble y las tarjas, mejoras en la plomería, carpintería, el retiro de los antiguos conductos de la climatización y la construcción de puertas-ventanas para las salas.

En las dos salas interiores del museo se expone una muestra de algunas de las armas utilizadas por la brigada mercenaria 2506 en las acciones de abril de 1961, entre estas un mortero de 81 milímetros Mod-35 y una ametralladora Browning, modelo M-2 calibre 50, todas de fabricación estadounidense.

De acuerdo con especialistas del museo, una de las piezas que más atrae la atención de los visitantes es el par de zapatos blancos que pertenecieron a Nemesia Rodríguez Montano, destruidos durante los bombardeos de los aviones mercenarios en la Ciénaga y que causaron la muerte de la madre. El hecho fue inmortalizado por el poeta Jesús Orta Ruiz en su Elegía de los zapaticos blancos.

También impresiona a los visitantes el uniforme con impactos de proyectil que vestía al morir Eduardo García Delgado, el joven que escribió con su sangre el nombre de Fidel, y los grados de capitán e insignias de aviador que pertenecieron a Luis Silva Tablada, oficial fundador de la Fuerza Aérea Rebelde, muerto al ser derribado su avión en el enfrentamiento con los mercenarios.

Igualmente, se muestra parte del armamento usado por los combatientes cubanos, como la ametralladora pesada Mod-37, calibre 7,92 milímetros, de fabricación checoslovaca; morteros de 82 y 120 milímetros, y el caza naval Sea Fury, de fabricación británica, que se encuentra a la entrada junto a un tanque T 34 y un cañón autopropulsado SAU 100, similares a los utilizados por el Comandante en Jefe en el combate.

En el exterior del inmueble se aprecia un tanque M-41 ligero Walker Bulldog, un camión comando blindado que transportó al Batallón 4 hasta San Blas, una lancha con motor fuera de borda para desembarco de tropas, el ancla del buque de transporte Houston y los restos de un avión B-26 derribado a la brigada mercenaria por el aviador cubano Alberto Fernández Armas.

A pesar de su lejanía de La Habana, el año pasado el museo recibió a 77 580 visitantes, de ellos 40 000 extranjeros, quienes pudieron apreciar dos centenares de piezas expuestas, entre otras de vestuario, documentos, armamento, numismática, objetos personales, fotografías y mapas.

Esta institución, considerada Monumento Nacional, cuenta con 1 075 piezas y como promedio recibe 12 donaciones al año. En 1959 sus edificaciones servían como albergue para los constructores que acometían trabajos en los planes de desarrollo de la Ciénaga de Zapata. A partir de 1964 se montó en el local una exposición fotográfica y en 1976 se convirtió en museo.

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