Utilizar el calor como terapia data de muchos años, pero lograr un ferrofluido biocompatible que, bajo efectos de un campo magnético alterno, una vez inyectado en el organismo genere calor para el tratamiento de tejidos enfermos, es un desafío en el que participan jóvenes investigadores cubanos.
El máster en Física Rodney Bustamante Salazar, quien participó en el Tercer Seminario Internacional de Nanociencias y Nanotecnología, que concluyó ayer en la capital, protagoniza esa experiencia; y aunque aclara que todavía el proyecto no ha concluido su fase investigativa, es muy promisorio para el campo de las nanobiomedicinas.
«Se trata de estudios magnéticos en bioferrofluidos nanoestructurados para aplicaciones biomédicas que lidera el grupo Termomag, del Instituto de Ciencias de Materiales de Aragón, en España. Junto a este grupo estudiamos la eficiencia de ferrofluidos para dos aplicaciones biomédicas concretas: curar mediante el calor tejidos dañados, conocido como Hipertermia, y como agentes de contraste para imagenología por resonancia magnética».
Para visualizar nítidamente tejidos dañados y diferenciarlos de los tejidos aledaños cuando se analiza una resonancia magnética, el grupo en que participa este joven investiga el uso de partículas superparamagnéticas, fenómeno físico característico de nanomateriales magnéticos.
«Los resultados concretos de esta investigación advierten que los ferrofluidos nanoparticulados fabricados por este grupo español son más eficientes, in vitro, que agentes de contraste comerciales, por ejemplo ENDOREM, de los laboratorios Guerbet».
Otros científicos tan jóvenes como Rodney participan en proyectos en el extranjero, y son cantera de los investigadores con los que echará a andar el naciente Centro de Estudios Avanzados (CEAC), que a finales de este año concluirá su primera fase y marcará un hito en el desarrollo de las Nanociencias y Nanotecnologías en la Isla.
«Trabajar en el CEAC es un privilegio, pues vemos la posibilidad real de, con medios y recursos, impulsar el desarrollo incipiente de las Nanociencias y Nanotecnologías en nuestro país, disciplinas que a muchos suenan todavía como ciencia-ficción. La labor realizada por la dirección del proyecto CEAC con consejos de investigación científicas de otros países, han permitido la inserción de jóvenes cubanos en temas de investigación de altísimo nivel en estas disciplinas».
Al referirse a la formación de los jóvenes científicos cubanos que incursionan en las Nanociencias y Nanotecnologías, orientadas a aplicaciones biomédicas, asegura que todos los temas en los que se adiestran son de una gran actualidad, y se toma muy en serio los efectos tóxicos que pudieran tener estos nanomateriales, pues no basta que los ingredientes de partida sean biocompatibles, sino que debe estar probada la biocompatibilidad del producto final.