Juventud Rebelde - Diario de la Juventud Cubana

Esas jóvenes del barrio mío

Nadie mejor que estas dos jóvenes para insuflarle entusiasmo a la vida y vislumbrar la garantía del relevo de la Revolución cubana

Autores:

Yoelvis Lázaro Moreno Fernández
Luis Raúl Vázquez Muñoz

CIRO REDONDO, Ciego de Ávila.— El primer sobresalto fue cuando la eligieron delegada de circunscripción. El segundo ocurrió al ser propuesta como presidenta de su CDR. Pero el último apareció en enero. Entonces anunciaron: «Usted es la propuesta para primera secretaria del Comité Municipal de la UJC».

«Sinceramente, no lo esperaba», confiesa Noelvis Luis Cutiño, de 35 años, bibliotecaria de profesión y máster en Ciencias de la Educación. «En ese momento me desempeñaba como presidenta de los Pioneros en el municipio; pero de ahí a ser la secretaria de la Juventud en el municipio… No, eso nunca me pasó por la mente».

Después, al volver la calma, en su hogar o mientras caminaba con su hijo Keyver, de 11 años, Noelvis reflexionó sobre las vueltas que da la vida. Años antes, su padre, Patricio Pierre Luis, fue presidente de los Pioneros en el municipio y después el líder de la UJC. Ahora ella seguía sus pasos.

Antes de pasar al trabajo de la organización juvenil, Noelvis laboró como bibliotecaria en la escuela Honorato del Castillo. Allí aprendió cómo trabajar con los niños. Lo primero, dice, es entenderlos, ubicarse en su edad y aprender a escuchar.

«Con ellos se pueden lograr grandes cosas —asegura—. Es increíble la forma en que los niños permiten que puedas involucrarte en sus vidas. Por eso mantengo discreción sobre muchas cosas que debí atender o que ellos me contaban, casos que una debió enfrentar».

Como primera secretaria de la UJC y delegada al Congreso, expresa: «Los comités de base no pueden ser estructuras formales. Es algo que debe cambiar. También se tiene que trabajar mucho en la formación de los jóvenes y en su sentido de pertenencia. La historia local se desconoce y todos tenemos un deber con eso. Visitar los museos y lugares históricos, conversar con los combatientes, estimular concursos. ¿Cuántas cosas se pueden hacer? Y la UJC tiene que estar ahí.

Los ajetreos de Jany

CAMAJUANÍ, Villa Clara.— Un carisma inusitado para solo 20 años y un desenfado de mujer resuelta, capaz de ponerse a prueba por los suyos, matizan los ajetreos diarios de Jany Romero González, a quien el tiempo no le ha creado obsesiones, sino «deberes que bien se pueden llevar o se dejan de hacer».

Más allá de sus funciones como económica en la Dirección Municipal de Finanzas y Precios, desde hace casi tres años la vida de esta muchacha camajuanense suele disiparse entre trajines familiares, algún que otro empeño personal y las tareas del barrio, en cuya responsabilidad ha hecho saber lo que vale una joven con su inteligencia puesta en salvar aquellas cosas que en su CDR aún faltan por transformar, concebir, comprender.

Como secretaria ideológica de la zona 24 de su municipio, Jany está llamada a convertirse en una especie de organizadora de debates cada vez que un proceso de discusión o de intercambio de criterios con las masas toca las esencias de su cuadra.

Tal vez no pueda contarse entre las que despuntan por una elocuencia colosal, pero sabe cómo ser oportuna y cómo darle a cada idea un giro de realidad para que la entiendan.

Y aunque prefiera no hablar demasiado, sus ideas y su voluntad emprendedora ya no le permiten resistirse al compromiso de llegar a ser una verdadera gente de pueblo.

«A los jóvenes siempre nos hace falta una buena guía, alguien que nos vierta sus experiencias, para no pecar de inmaduros o de efusivos. Y no es que no podamos solos, es que debemos andar juntos.

«Para uno ganarse el respeto de sus vecinos, tiene que ponerse a la altura y los intereses de ellos, sin importar la edad, o si son médicos u obreros, o si trabajan, estudian o son amas de casa, o si están bien orientados o atraviesan un mal camino. Es una misión que no admite exclusiones; más bien tienes que integrar, convencer, transmitir».

Nadie mejor que una joven así, orgullo de su comunidad y de su pueblo, para insuflarle entusiasmo a la vida y vislumbrarse como garantía de ese relevo que busca Cuba hoy, una continuidad de lo cubano y del futuro de todos los de esta Isla, que a fin de cuentas, como dice el estribillo de una vieja canción, son los del barrio mío.

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